miércoles, 7 de octubre de 2015

ESTANCIA XII



LA QUINTA RAZA Y SUS INSTRUCTORES DIVINOS

            
47. Los restos de las dos primeras Razas desaparecieron para siempre. Grupos de las diversas razas Atlantes salvados del Diluvio juntamente con los Antepasados de la Quinta. 48.Origen de nuestra presente Raza, la Quinta. Las primeras Dinastías Divinas. 49.Las vislumbres históricas más primitivas, prendidas ahora a la cronología de la Biblia, y la historia “universal” siguiéndola servilmente. Naturaleza de los primeros Instructores y Civilizadores de la humanidad.


47 POCOS QUEDARON. ALGUNOS AMARILLOS, ALGUNOS DEL COLOR OSCURO Y NE-GRO, Y ALGUNOS ROJOS QUEDARON. LOS DEL COLOR DE LA LUNA (1) HABÍAN DESAPARECIDO PARA SIEMPRE (a).

48 LA QUINTA PRODUCIDA DEL TRONCO SANTO QUEDÓ; ELLA FUE GOBERNADA POR LOS PRIMEROS REYES DIVINOS.

49  ... LAS SERPIENTES QUE VOLVIERON A DESCENDER, QUE HICIERON LA PAZ CON LA QUINTA, QUE LA ENSEÑARON E INSTRUYERON (b)...

            a)  Esta Sloka se relaciona con la Quinta Raza. La historia no principia con ella, pero sí la tradición viva y siempre recurrente. La historia, o lo que así se llama, no va más allá de los orígenes fantásticos de nuestra quinta subraza, “unos cuantos miles de años”. La frase “algunos amarillos, algunos del color oscuro y negro, y algunos rojos quedaron”, se refiere a las subdivisiones de la primera subraza de la Quinta Raza Raíz. Los del “color de la luna”, esto es, los de la Primera y Segunda Razas, habían desaparecido para siempre, y sin dejar rastro alguno; y esto, ya cuando el tercer “Diluvio” de la Tercera Raza Lemuria, aquel “Gran Dragón” cuya cola lanza naciones enteras fuera de la existencia en un abrir y cerrar de ojos. Y éste es el verdadero significado del versículo del Comentario que dice:
            
EL GRAN DRAGÓN sólo tiene respeto a las SERPIENTES de SABIDURÍA, las Serpientes cuyos agujeros están ahora bajo las Piedras Triangulares.
            
O en otras palabras, “las pirámides, en los cuatro extremos del mundo”.
            
b) Esto aclara lo que más de una vez se menciona en otra parte de los Comentarios; a saber, que los Adeptos u hombres “Sabios” de la Tercera, Cuarta y Quinta Razas moran en habitaciones subterráneas, generalmente bajo alguna especie de construcción piramidal, si no actualmente bajo una pirámide. Pues tales “pirámides” existen en los “cuatro extremos del mundo”, y no fueron nunca monopolio de la tierra de los Faraones, aun cuando, verdaderamente, hasta que se encontraron esparcidas en las dos Américas, sobre y bajo tierra, debajo y en medio de selvas vírgenes, así como también en llanuras y valles, se creía generalmente que eran propiedad exclusiva de Egipto. 

Si ya no se encuentran verdaderas pirámides geométricas perfectas en regiones europeas, sin embargo, muchas de las supuestas cuevas primitivas neolíticas, muchos de los “menhires” enormes triangulares, piramidales y cónicos del Morbihan, y generalmente en Bretaña, muchos de los “túmulos” daneses y hasta las “tumbas de gigantes” de Cerdeña, con sus compañeros inseparables los “nuraghi”; son copias más o menos groseras de las pirámides. La mayor parte de éstas son obras de los primeros habitantes del recién nacido continente e islas de Europa, las “algunas razas amarillas, algunas de color oscuro y negro y algunas rojas” que quedaron después de la sumersión de los últimos continentes e islas Atlantes, hace unos 850.000 años -excepto la isla de Platón- y antes de la llegada de las grandes razas Arias; mientras que otras fueron construidas por los primeros emigrantes del Oriente. 

Los que apenas pueden aceptar que la antigüedad de la raza humana se remonte en el pasado a 57.000 años, edad asignada por el Dr. Dowler al esqueleto que encontró en Nueva Orleáns a orillas del Misisipi, rechazarán, por supuesto, estos hechos. Pero algún día puede que vean su error. Podemos reírnos de la necia vanagloria de los Arcadios que se titulan “más antiguos que la Luna” (............), y de las gentes de Ática, que pretendía haber existido antes de que el Sol apareciese en el Cielo; pero no de su antigüedad innegable. Tampoco podemos burlarnos de la creencia universal de que hemos tenido antecesores gigantes. El hecho de que los huesos del Mammut y del Mastodonte y, en un caso, los de una Salamandra gigantesca, hayan sido tomados por humanos, no resuelve la dificultad de que, entre todos los mamíferos, el hombre es el único que la Ciencia no admite que se haya empequeñecido, como todas las demás formas animales, desde el gigante Homo Diluvii a la criatura de cinco y seis pies que ahora es.
            
Pero las “Serpientes de la Sabiduría” han conservado bien sus anales, y la historia de la evolución humana está trazada en el Cielo, como lo está  en los muros subterráneos. La humanidad y las Estrellas están  unidas entre sí indisolublemente, por razón de las Inteligencias que gobiernan a estas últimas.
            
Los simbologistas modernos pueden mofarse de esto, y llamarlo “fantasía”; pero, como escribe Mr. Staniland Wake:
             
Es incuestionable que el Diluvio ha sido (siempre) asociado en las leyendas de algunos pueblos orientales, no sólo con las Pirámides, sino también con las constelaciones.

            
El “Dragón antiguo” es idéntico a la “Gran Inundación”, dice Mr. Proctor:

            
Sabemos que en el pasado, la constelación del Dragón estaba en el polo, o punto culminante de la esfera celeste. En los templos estelares... el Dragón sería la constelación superior o dominante... Es singular cuán estrechamente estas constelaciones... corresponden en serie y orden de ascensión recta con los sucesos registrados acerca del Diluvio (bíblico).
             
Las razones para esta singularidad, sin embargo, se han expuesto suficientemente claras en esta obra. Sólo muestra ella que ha habido varios Diluvios, confundidos en los recuerdos y tradiciones de las subrazas de la Quinta raza. El primer gran Diluvio fue astronómico y cósmico, mientras que varios otros fueron terrestres. Y, sin embargo, nuestro muy sabio amigo Mr. Gerald Massey (un iniciado verdaderamente en los misterios del Museo Británico, bien que sólo iniciado por sí mismo) ha declarado y ha insistido en que la Sumersión y el Diluvio Atlantes eran tan sólo fantasías antropomorfizadas de gente ignorante, y que la Atlántida no era más que una “alegoría astronómica”. Pero la gran alegoría zodiacal está basada en sucesos históricos, y la alegoría no puede intervenir en la historia; además, que todo estudiante de Ocultismo sabe lo que significa la alegoría astronómica y zodiacal. El Dr. Smith muestra en el poema épico de Nimrod, de las tabletas asirias, el significado verdadero de la alegoría.
             
(Sus doce cantos) se refieren al curso anual del Sol en los once meses del año. Cada tableta corresponde a un mes especial, y contiene una clara referencia a las formas animales de los signos del Zodíaco...; (siendo el canto once) consagrado a Rimmon, el Dios de las tormentas y de la lluvia, y se armoniza con el signo once del Zodíaco: Acuario, o el barquero.
             
Pero aun esto está precedido en los Anales antiguos por el Diluvio Cósmico pre-astronómico, que fue simbolizado o alegorizado en el Diluvio Zodiacal o de Noé, arriba mencionado. Mas esto no tiene nada que ver con la Atlántida. Las Pirámides están estrechamente relacionadas tanto con las ideas sobre la constelación del Gran Dragón, los “Dragones de la Sabiduría”, o los grandes Iniciados de la tercera y Cuarta Razas, como con las inundaciones del Nilo, consideradas como un recordatorio divino de la Gran Inundación Atlante. Los anales astronómicos de la Historia Universal, se dice, sin embargo, que tuvieron su principio con la tercera subraza de la Cuarta Raza-Raíz, o sea los Atlantes. ¿Cuándo fue esto? Los datos Ocultos muestran que desde el tiempo del establecimiento regular de los cálculos zodiacales en Egipto, los polos han sido invertidos tres veces.
            
Pronto volveremos sobre este aserto. Símbolos tales como los representados por los Signos del Zodíaco -hecho que ofrece un asidero a los materialistas para afianzar sus teorías y opiniones que sólo abarcan un solo aspecto- tienen un significado demasiado profundo, y su influencia sobre nuestra humanidad es demasiado importante para que únicamente les dediquemos unas pocas palabras. Mientras tanto, tenemos que considerar el significado de la afirmación de la Sloka 48, referente a los “primeros Reyes Divinos”, que se dice “volvieron a descender”, y que guiaron e instruyeron a nuestra Quinta Raza después del último Diluvio. Este último aserto lo trataremos históricamente en las Secciones que siguen; pero debemos terminar con algunos detalles más acerca del asunto de las “Serpientes”.

            
Estos toscos comentarios sobre las Estancias Arcaicas tienen que terminar aquí. Otras aclaraciones requieren pruebas, obtenidas de obras antiguas, medievales y modernas, que han tratado estos asuntos. Todos estos testimonios hay ahora que reunirlos, que cotejarlos y que ordenarlos mejor, de manera que llamen la atención del lector sobre este tesoro de pruebas históricas. Y como nunca insistiremos demasiado sobre el múltiple significado del extraño y sugestivo símbolo (tantas veces mencionado) del “tentador del hombre” (con arreglo a la luz ortodoxa de la Iglesia), parece más prudente agotar el asunto con todo género de pruebas en  esta ocasión, aun a riesgo de incurrir en repeticiones. 

Nuestros teólogos y simbologistas han entendido invariablemente siempre que los Titanes y Kabires están indisolublemente relacionados con el grotesco personaje llamado el “Diablo”, y todas las pruebas que se presentan contra su teoría han sido hasta ahora igualmente rechazadas e ignoradas. Por tanto, los Ocultistas no deben descuidar nada que tienda a destruir esta conspiración de la calumnia. Así, pues, nos proponemos dividir los asuntos que estos tres versículos abarcan, en varios grupos, y examinarlos tan cuidadosa y completamente como nos lo permita el espacio de que disponemos. De este modo podremos añadir unos cuantos detalles más a los testimonios generales que presenta la antigüedad respecto de las doctrinas más discutidas sobre el Ocultismo y la Doctrina Esotérica, cuya masa principal, sin embargo, se encontrará en la Parte II del tomo IV, sobre Simbología.

H.P. Blavatsky D.S T III

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