sábado, 1 de marzo de 2014

Los Sueños- Parte III




P: ¿Cuál es la diferencia entre los sueños de los hombres y los de los animales?

R: El estado de sueño, es común no solamente a todos los hombres, sino también a  todos los animales, por supuesto que desde los más elevados mamíferos hasta las aves más diminutas, y aún hasta los insectos. Todo ser dotado de cerebro físico, o de órganos que se le asemejen, puede soñar. Todo animal, grande o pequeño, tiene, más o menos, sentidos físicos; y aunque estos sentidos estén aletargados durante el sueño, la memoria sigue, por así decir, obrando mecánicamente, reproduciendo las sensaciones pasadas. Que los perros, los caballos y el ganado sueñan, todos lo sabemos, como así también los canarios, pero tales sueños son, así lo creo, simplemente fisiológicos. Cual las últimas brasas de un fuego que se extingue con espasmódico destello y ocasionales llamas, así actúa el cerebro al entregarse al sueño. Los sueños no son, como dice Dryden, “interludios creados por la fantasía” pues ello puede referirse únicamente a los sueños fisiológicos provocados por la indigestión, o por alguna idea o acontecimiento que se haya impreso sobre el cerebro en actividad durante las horas de vigilia.

P: ¿Cual es, entregarse al sueño?

R: Este, en parte, ha sido explicado por la fisiología.
 El Ocultismo sostiene que es el agotamiento periódico y regulado de los centros nerviosos, y especialmente de los ganglios sensorios del cerebro, los cuales se rehúsan a seguir trabajando en este plano, y (a no ser que se vuelvan inadecuados para el trabajo) son compelidos a recuperar sus fuerzas en otro plano o Upâdhi. Primero viene Svapna o estado de sueño, y este conduce al de Sushupti

Debe recordarse ahora que todos nuestros sentidos son duales y que obran según el plano de conciencia sobre el cual la entidad pensante enfoca su energía. El sueño físico depara la mayor facilidad para su acción en los diferentes planos; al, mismo tiempo, es una necesidad, con el fin de que los sentidos puedan recuperarse y obtener así una nueva probabilidad de vida para Jagrata, o estado de vigilia, desde Svapna y Sushupti. Según el Râja–Yoga, Turîya es el estado más elevado.

 Así como el hombre, agotado por determinado estado de fluido vital, busca otros, como, por ejemplo, cuando está agotado por el aire cálido y se refresca con el agua fría: así el sueño es un sombrío rincón, en el asoleado valle de la vida. El sueño es un indicio de que la vida de vigilia se ha vuelto demasiado fuerte para el organismo físico, y de que la fuerza de la corriente vital debe romperse, cambiando el estado de vigilia por el de sueño. Pedid a un buen clarividente que os describa el aura de una persona vitalizada mediante el sueño, y el de otra, momentos antes de dormirse. La primera se verá bañada por las vibraciones rítmicas de las corrientes vitales: doradas, azules y rosadas, como si estuviese envuelta en un vaho de intenso tinte oro–anaranjado, compuesto de átomos que giran con vertiginosa y casi increíble rapidez, demostrando que la persona comienza a estar muy fuertemente saturada de Vida; la esencia vital es demasiado fuerte pava sus órganos físicos, y debe buscar alivio en el lado sombrío de esa esencia, el cual es el elemento del sueño, o sueño físico, uno de los estados de conciencia.

P: Pero ¿qué es el sueño?

R: Eso depende del significado del término. Podéis ”soñar” o como solemos decir, ver visiones, ya estéis despierto, ya dormido. Si se recogiese la Luz Astral en una taza o vaso metálico, mediante la fuerza de la voluntad, y se fijaran los ojos en algún punto de ella, con fuerte voluntad de ver, el resultado sería una visión de vigilia o “sueño”, si la persona fuera bastante sensitiva. Los reflejos en la Luz Astral se ven mejor con los ojos cerrados, y en el sueño, son aún más nítidos. Desde un estado de lucidez, la visión se vuelve translúcida; desde un estado de conciencia orgánica normal, se eleva a un estado de conciencia trascendental.

P: ¿A cuáles causas, principalmente, se deben los sueños?

R: Como todos sabemos, existen muchas clases de sueños. Dejando a un lado los “sueños producidos por la digestión”, existen sueños cerebrales y sueños recordatorios; visiones mecánicas y visiones conscientes. Los sueños de admonición y los premonitorios, requieren la activa participación del Ego interno. Los sueños se deben también, a menudo, a la participación consciente o inconsciente de los cerebros de dos personas vivientes, o de sus respectivos Egos.

P: ¿Qué es, entonces, lo que sueña?

R: Generalmente, es el cerebro físico del Ego personal, el asiento de la memoria, que emite y arroja chispas, cual las agonizantes brasas de un fuego. La memoria del durmiente se asemeja a un arpa eolia de siete cuerdas, y su estado mental puede compararse al viento que se desliza por entre las cuerdas. La respectiva cuerda del arpa responderá a uno de los siete estados de la actividad mental en que se encuentre el durmiente, antes de que éste se entregue al sueño. 

Si se tratara de una suave brisa, el arpa será afectada apenas; si de un huracán, sus vibraciones serán proporcionalmente más poderosas. Si el Ego personal está en contacto con sus principios superiores y los velos de los planos más elevados se le descorren, ello está bien; si por el contrario, es de una materialista naturaleza animal, es probable que no haya sueños; o si la memoria capta, al azar, el hálito de un “viento” de un plano superior, viento que será impreso a través de los ganglios sensorios del cerebelo, y no por la influencia directa del Ego espiritual, recibirá imágenes y sonidos tan torcidos e inarmónicos, que aún una visión devachánica parecerá una pesadilla o una caricatura grotesca. Por lo tanto, no hay sólo una respuesta a la pregunta: “¿Qué es lo que sueña?”, porque todo depende de cada individuo, cuál de sus principios es el motor principal de los sueños, y si los recordará u olvidará.

P: ¿Es la aparente objetividad del sueño, verdaderamente objetiva o subjetiva?

R: Si se admite que es aparente, es natural entonces que sea subjetiva, La pregunta debería ser: ¿para quién y qué, son las imágenes o representaciones en los sueños, ya sean objetivas o subjetivas? Para el hombre físico, o persona que sueña, todo lo que vea con los ojos cerrados y, sea dentro o a través de la mente, es naturalmente subjetivo. Pero, para el Vidente que está dentro del que sueña físicamente, siendo subjetivo ese mismo vidente para nuestros sentidos materiales, todo lo que ve es tan objetivo, como lo es él para sí mismo, y para otros como él. Los materialistas probablemente sonreirán, y dirán que hacemos de un hombre una entera familia de entidades, pero no es así. El Ocultismo enseña que el hombre físico es uno, pero que el hombre pensante es septenario, ya sea que piense, actúe o sienta; y que vive en siete diferentes estados de existencia o planos de conciencia; y que para todos estos estados y planos, el Ego permanente (no la falsa personalidad) tiene una serie distinta de sentidos.

P: ¿Pueden distinguirse estos diferentes sentidos?

R: No, a menos que seáis un Adepto o un Chela altamente adiestrado y por completo familiarizado con estos diferentes estados. Ciencias tales como la biología, la fisiología y aún la psicología misma (de las escuelas dé Maudsley, Bain y Herbert Spencer), no tratan el tema. La ciencia nos instruye respecto a los fenómenos de la volición, la sensación, el intelecto y el instinto, y dice que todos ellos se manifiestan a través de los centros nerviosos, el más importante de los cuales es el cerebro. Nos podrá hablar de la sustancia o agente peculiar a través del cual tienen lugar estos fenómenos, como los tejidos vasculares y fibrosos, y explicar su recíproca relación, dividiendo los centros ganglionares en motores, sensitivos y simpáticos, pero jamás revelará una palabra de la misteriosa acción del intelecto propiamente dicho, ni de la mente y sus funciones.

Ahora bien, ocurre, con alguna frecuencia que somos conscientes y sabemos que estamos soñando; esto es muy buena prueba, de que el hombre es un ser múltiple en el plano del pensamiento; de modo que no sólo es el Ego, u hombre pensante, Proteo, una entidad multiforme, siempre cambiante, sino que también es, por así decir, capaz de separarse él mismo en el plano de la mente o del sueño, en dos o más entidades; y en el plano de la ilusión que nos sigue hasta el umbral del Nirvâna. El es semejante al Ain–Soph hablando con Ain–Soph, dialogando consigo mismo y hablando a través de, y a sí mismo. Y este es el misterio de la inescrutable Deidad del Zohar, como así también de las filosofías de la India; lo mismo en la Kabbala, en los Purânas, en la metafísica Vedantina, y aun en el llamado misterio cristiano de la Divinidad y Trinidad. El hombre es el microcosmos del macrocosmos; el dios sobre la tierra está edificado sobre el modelo del dios en la naturaleza. Pero la conciencia universal del verdadero Ego transciende un millón de veces la auto–conciencia del Ego personal o falso.

P: ¿Es aquello que se denomina “celebración inconsciente” durante el sueño, un proceso mecánico del cerebro físico, o es una operación consciente del Ego, cuyo resultado sólo se imprime en la conciencia ordinaria?

R: Es lo último; por que, ¿cómo es posible recordar en nuestro estado consciente, lo que tuvo lugar cuando nuestro cerebro trabajaba inconscientemente? Esto es, aparentemente, una contradictio in adjecto.

P: ¿Cómo puede suceder que personas que nunca han visto montañas, en la naturaleza, a veces las vean claramente en el sueño y sean capaces de observar sus rasgos característicos?

R: Probablemente, porque han visto representaciones de montañas; o también, porque hay alguien o algo en nosotros que las ha visto con anterioridad.

P: ¿Cuál es la causa de esa experiencia en el sueño, en la cual el soñador parece estar siempre esforzándose por algo, sin que nunca lo alcance?

R: Es porque el yo físico y su memoria, están impidiendo la posibilidad de saber lo que hace el verdadero Ego. El que sueña, sólo recoge débiles vislumbres de las acciones del Ego, cuyas acciones producen los llamados sueños, en el hombre físico, pero no es capaz de seguirlas consecutivamente. Un enfermo que delira al recobrar la razón, guarda, con la enfermera que lo cuidó y atendió durante la enfermedad, la misma relación que la del hombre físico con su verdadero Ego. El Ego actúa con tanta conciencia dentro y fuera de él, como lo hace la enfermera que atiende y cuida al hombre enfermo. Pero, ni el paciente, después de abandonar su lecho de enfermo, ni el que sueña, al despertar, serán capaces de recordar algo, excepto vislumbres y eso a intervalos.

P: ¿En qué difieren el sueño y la muerte?

R: Hay, en verdad, cierta analogía entre ambos, pero también una gran diferencia. Durante el sueño existe una conexión, aunque débil, entre la mente inferior y la superior del hombre, reflejándose la última, más o menos, en la primera, por más que sus rayos puedan desviarse. Pero, una vez que el cuerpo ha muerto, el cuerpo de ilusión, o Mâyavi Rûpa, se convierte en Kâma–Rûpa, o alma animal, y queda abandonado a sus propios recursos. Por lo tanto, existe tanta diferencia entre el fantasma y el hombre, como la hay entre el animal, denso y grosero, aunque sea sobrio mortal, y el hombre inveteradamente ebrio, incapaz de distinguir los contornos más salientes; entre un hombre encerrado en una habitación a oscuras, y uno en una habitación iluminada, aunque sea imperfectamente, por alguna que otra luz.

Los principios inferiores, son semejantes a las bestias salvajes, y el Manas superior, es el hombre racional que los somete y subyuga, con más o menos éxito. Pero, una vez que el animal se libera del dueño que la mantenía en sujeción, no bien ha cesado de verlo y oírlo, parte otra vez a la selva y a su antigua guarida. Se requiere, sin embargo, cierto tiempo para que un animal vuelva a su estado original y natural, pero estos principios inferiores o “fantasmas” retornan instantáneamente, y tan pronto la Tríada Superior ha entrado en el estado devachánico, la Duada inferior vuelve a ser lo que era desde el comienzo: un principio dotado de instinto puramente animal, hecho más feliz aún, por el gran cambio.

P: ¿Cuál es la condición del Linga Sarîra, o cuerpo plástico, durante los sueños?

R: La condición de la forma plástica es la de dormir con su cuerpo, a menos que sea proyectada por algún deseo impetuoso, engendrado en el Manas superior. En los sueños no desempeña parte activa, sino que por el contrario, es completamente pasiva, siendo el involuntario testigo semidormido, de las experiencias a través de las cuales los principios superiores están pasando.

P: ¿En qué circunstancias se ve ese espectro?

R: A veces, en casos de enfermedad o pasión muy fuertes, de parte de la persona vista o de la que ve, la posibilidad es mutua. Una persona enferma, de modo especial en el momento de morir, es muy probable que vea en sueños o visiones, a aquellos a quienes ama o en quienes está pensando continuamente; y lo mismo ocurre con una persona despierta que esté pensando intensamente en alguien que está dormido en ese momento.

P: ¿Puede un Mago evocar a esa entidad que sueña y ponerse en comunicación con ella?

R: En la magia negra no es raro evocar el “espíritu” de una persona que duerme; el hechicero puede entonces conocer, de la aparición, cualquier secreto que desee, y el durmiente ignorar completamente lo que ocurre. Bajo tales circunstancias, lo que aparece es el Mâyâvi Rûpa; pero siempre existe el peligro de que la memoria del hombre viviente conserve los recuerdos de la evocación y la recuerde como un sueño vívido. Si no está, empero, a una gran distancia, el Doble o Linga Sarîra puede ser evocado, pero éste no puede hablar ni dar información, existiendo siempre la posibilidad, de que el durmiente muera debido a esta separación forzada. Muchas muertes repentinas durante el sueño han ocurrido de esta manera, sin que el mundo lo haya advertido.

P: ¿Puede existir alguna comunicación entre una persona que sueña y una entidad del Kâmaloka? 

R: El que sueña con una entidad del Kâmaloka podrá con toda probabilidad, provocar sobre sí mismo una pesadilla; o correr el riesgo de llegar a ser “poseído” por el “fantasma” así atraído, si se trata de un médium, o de una persona que se ha hecho a sí misma tan pasiva durante las horas de vigilia, que hasta el Yo superior es actualmente incapaz de protegerlo. Esta es la razón por la cual el estado mediúmnico de pasividad sea tan perjudicial y, con el tiempo, incapacite al Yo superior para ayudar o aún advertir a la persona que duerme, o que se halla en trance. La pasividad paraliza la comunicación entre los principios inferiores y los superiores. Es muy raro hallar ejemplos de médiums que a la vez que permanecen pasivos a voluntad, con el propósito de comunicarse con alguna inteligencia superior, algún espíritu extraterreno (no desencarnado), conserven suficientemente su voluntad personal, como para no romper toda comunicación con el Yo superior.


P: ¿Puede una persona, mientras duerme, estar “en rapport” con una entidad del Devachán?

Continua...

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