martes, 23 de octubre de 2018

“REENCARNACIONES” DE BUDDHA



Cada sección del capítulo sobre el “De–zhin Shegs–pa” o “Tathágata”35 en los“Comentarios”, corresponde a un año de la vida del gran filósofo, considerado en su doble aspecto de Maestro público y privado. Se nos muestra al Sabio que tras largos estudios, meditaciones e iniciaciones, alcanza la iluminación como cualquier otro adepto la hubiera alcanzado, con tal de pasar por todos los peldaños de la escala del áspero “Sendero de Perfección”. El Bodhisattva llegó a ser Buddha y Nirvâni por su propio esfuerzo y mérito personal, después de soportar las duras experiencias de cualquier otro neófito, mas no por virtud de un divino nacimiento, como algunos piensan. Alcanzó el Nirvâna en vida mortal, a causa de que en existencias precedentes alcanzó gran adelanto en el “Sendero de Dzyan” (conocimiento, sabiduría).

Las cualidades mentales, o dones intelectuales, y el conocimiento abstracto, subsisten en un iniciado al renacer; pero ha de adquirir nuevas facultades fenoménicas, pasando por todas las sucesivas etapas. Ha de adquirir uno tras otro “los siete preciosos dones” (Rin–ch'enna–dün)36. Durante el período de meditación debe rechazar de su mente todos los fenómenos mundanos del plano físico.

El Vipashya37 desarrollará en él las más maravillosas facultades, independientemente de sí mismo. Una vez adquiridos los cuatro grados de contemplación o Sam–tan (en sánscrito, Dhyâna), todo resulta fácil. Porque luego que el hombre desecha la idea de individualidad, funde su Yo con el Yo universal y llega a ser, por decirlo así, como el acero que recibe las propiedades del imán (Âdi–Buddha o Anima Mundi); y despiertan en él las potencias hasta entonces latentes, se le revelan los misterios de la Naturaleza invisible, y haciéndose vidente Thonglam–pa se convierte en Dhyâni–Buddha. Entonces conoce todas las palabras místicas (zung o dhâranî) del Lokottaradharma (mundo superior de las causas).

35 Literalmente: “el que sigue la senda de sus predecesores”.
36 Schmidt, en el Slanong Seetsen, pág. 471, y Schlagintweit, en el Buddhism in Tibet, pág. 53, consideran estos preciosos dones literalmente y los llaman: “La rueda; la piedra preciosa; la real consorte; el mejor tesoro; el mejor caballo; el elefante; el mejor guía”.

Después de esto, no cabe maravillarse de que,“además de un Dhyâni–Buddhi y un Dhyâni–Bodhisattva”, se provea cada Buddha humano de una compañera llamada Shakti, que en verdad sólo es el poder del alma, la energía psíquica tanto del Dios como del Adepto. La “real consorte” tercero de los preciosos dones” indujo a los orientalistas a caer en este error palpable, muy probablemente.

 37 Religiosa meditación abstracta o zhine–lhagthong de los tibetanos.

 Así, veinte años después de Su muerte física, movido Tathâgata de su inmenso amor y “piadosa gracia” a os hombres, renunció al paranirvâna38 con propósito de auxiliar a la ignorante humanidad extraviada. Dice un Comentario: El que alcanza el sendero de liberación [Thar–lam] y queda exento de reencarnaciones, ya no puede cumplir Tulpa39 alguno, porque el Paranirvâni cierra el ciclo del septenario Ku–Sum40; funde su prestado Dorjesempa [Vajrasattva] en lo Universal y se hace uno con Él. Vajradhara o Vajrasattva (en tibetano: Dorjechang y Dorjedzin o Dorjesempa) es el “Vencedor Supremo”, el “Señor de los Misterios”, el “Ser sin principio ni fin”, el regente o presidente de todos los Dhyân Chohans o Dhyâni Buddhas, el más alto, el Supremo Buddha personal; en suma, el Logos del buddhismo.

Como Vajrasattva es el caudillo (Tsovo) de los Dhyâni–Buddhas o Dhyân Chohans, la Suprema Inteligencia del Segundo Mundo; y como Vajradhara (o Dorjechang) se le considera todo lo demás que se ha enumerado. “Vajradhara y Vajrasattva, son uno, y sin embargo son dos”, y sobre ellos está “Chang, el supremo Inmanifestado, la universal Sabiduría sin nombre”. Considerados Vajradhara y Vajrasattva como dos en uno, son la Potestad que desde un principio venció y sometió al mal, permitiéndole que dominara sólo a los hombres viles de la tierra, pero no a los que lo despreciaran y odiasen. Fácil es comprender el significado esotérico de esta alegoría. Vajradhara–Vajrasattva exotéricamente es el Dios ante quien tiemblan los espíritus malignos, que le juraron no impedir la propagación de la Buena Ley (la religión buddhista).

Por lo tanto, este personaje dual representa en el canónico y dogmático buddhismo tibetano, el mismo papel que Jehovah entre los judíos, el Metatron entre los cabalistas y el arcángel San Miguel entre los cristianos. Sencilla es la demostración. Miguel es “el arcángel de la faz de Dios”, es decir, el que representa a su Maestro. “Mi faz irá delante de ti” (en inglés: “presencia”), es decir, delante de los israelitas, dice Dios a Moisés41. “El ángel de mi [Su] presencia” (hebreo: “de mi faz”), etc.42 Los católicos identifican a Miguel con Cristo, de quien le suponen ferouer o “faz” en sentido místico.

 38 Un bodhisattva puede alcanzar el nirvâna en vida (como le ocurrió a Gautama) quedando después de la muerte en pleno albedrío de reencarnarse en beneficio de la humanidad, a la que puede instruir de varios modos, desde las regiones Devachanicas situadas en la esfera de atracción de la tierra. Pero el que alcanza el paranirvâna o “nirvâna sin residuos”, esto es, la suprema condición Dharmakâya completamente extraña a todo lo terreno, transpone el ciclo de nacimientos, y en consecuencia, no vuelve a encarnar hasta el comienzo de un nuevo manvantara.
39 Tulpa [¿T’ul–Ku?] es la voluntaria encarnación de un adepto en un cuerpo viviente, sea de un recién nacido, de un impúber o de un adulto.
40 Ku–Sum es la triple modalidad del estado nirvânico y su respectiva duración en el “ciclo del No–Ser”. La palabra septenario se refiere aquí a las siete rondas de nuestro sistema septenario.
41 Éxodo, XXXIII, 14.
42 Isaías, LXIII, 9.

 Este es precisamente el concepto de Vajradhara o Vajrasattva en el buddhismo septentrional; porque Vajrasattva en su aspecto superior de Vajradhara (o Dorjechang) sólo se manifiesta a los siete Dhyân Chohans o primitivos constructores y esotéricamente es el Âtman o séptimo principio de los “Siete” colectivamente considerados. Exotéricamente hay acerca de él muchas fábulas en el Kâla Chakra 43. Se dice que Vajradhara o Dorjechang (la sabiduría) reside en el segundo mundo arûpico, lo que lo relaciona con el Metatron del primer mundo de los espíritus puros, o mundo briático de los cabalistas, quienes llaman a este ángel El–Shaddai, el omnipotente y poderoso. Metatron es en griego âggeloç; (Mensajero), o gran Instructor. Miguel lucha con Satán (el Dragón) y lo vence junto con sus rebeldes ángeles. Vajrasattva, llamado también Vajrapâni o dominador de los espíritus malignos, vence a Râhu, el enorme Dragón que está en continuo intento de devorar al Sol y a la Luna (eclipses).

“La guerra en el Cielo”, de la leyenda cristiana, está basada en haber descubierto los malos ángeles la mágica sabiduría de los buenos (Enoch) y el misterio del “Árbol de la Vida”. Quienquiera que lea los exotéricos relatos de los panteones indo y su derivado el buddhista, advertirá que ambos se basan sobre la misma primitiva y arcaica alegoría de la Doctrina Secreta. En los textos exotéricos (indos y buddhistas), los dioses mazan el océano para extraer el Agua de la Vida, el Amrita o Elixir del Conocimiento. El Dragón roba parte del amrita y en castigo lo expulsa del cielo Vishnu44. Lo mismo nos dice el Libro de Enoch; y el apóstol San Juan lo poetiza en el Apocalipsis. Y ahora, la alegoría, con todas sus fanáticas supersticiones, es dogma de fe. Según diremos más adelante, las bibliotecas de los lamas tibetanos contienen muchas obras secretas y medio secretas, con las detalladas biografías de insignes sabios. Muchos pasajes de ellas se han embrollado adrede, y otros extravían al lector que carece de clave, porque un solo nombre encubre a distintos instructores que ejercieron análogo magisterio. Así se encuentra una serie de “Buddhas vivientes”, y a varios maestros se les da el mismo nombre de Buddha.

 Dice Schlagintweit:

Cada Buddha humano tiene un Dhyâni–Buddha y un Dhyâni–Bodhisattva. El ilimitado número de los primeros, implica también ilimitado número de los segundos45. [Pero si esto es así –como lo justifica el uso exotérico y semiexotérico del nombre– el lector debe fiar en su propia intuición para distinguir los Dhyâni–buddhas de los buddhas humanos, con sumo cuidado de no aplicar al gran BUDDHA de la quinta raza todo cuanto se dice del “Buddha” en libros intencionadamente velados.

 43 La obra más importante de la división mística Gyut [o(D)gyu] del Kanjur.
44 Equivalente a Vajradhara o el Dios caudillo.
45 Buddhism in Tibet, pág. 52. Este mismo uso genérico de un nombre se encuentra entre los hindúes con el de Shankarâchârya, para no citar sino un ejemplo. Todos sus sucesores llevan el mismo nombre genérico, aunque no sean reencarnaciones de dichos maestros. Así sucede con los “Buddhas”. En uno de estos libros se exponen extrañas y oscuras afirmaciones que la autora transcribe bajo su exclusiva responsabilidad, puesto que pocos son capaces de advertir el significado oculto, bajo palabras que alteran el sentido superficial]46.

Dícese que cansado Shankârachârya de su cuerpo mortal a la edad de treinta y tres años, “lo dejó” en la cueva a que se había retirado, y el Bodhisattva, que animaba su inferior personalidad, quedó libre de la carga de las culpas que no había cometido. Al propio tiempo se añade que: A cualquier edad que se desprenda uno voluntariamente de su cuerpo, a la misma edad habrá de morir violentamente contra su voluntad, en la vida próxima. Comentario. Ahora bien; el karma no podía actuar sobre “Mahâ Shankara” (como le llaman las obras secretas), pues, como avatâra, no tenía ego propio, sino un Bodhisattva, una voluntaria víctima propiciatoria. Por lo tanto, hemos de prescindir de este punto, puesto que karma no puede actuar injustamente. En esta historia está envuelto algún terrible misterio que jamás podrá desentrañar el no iniciado. Sin embargo, acude a los labios la pregunta: ¿A quién, entonces, castigó karma?

Responda quien lo sepa. Dícese que algunos siglos más tarde encarnó Buddha en el cuerpo de ***, y cincuenta años más tarde, después de la muerte de este adepto, reencarnó en la persona que se llama Tiani–Tsang. No se nos da pormenor alguno acerca de estas reencarnaciones. Solamente se afirma que el último Buddha había de apurar los residuos de su karma, cuya acción ni los mismos dioses eluden, y estaba obligado a ocultar más profundamente ciertos misterios, cuya incompleta revelación motivó que se interpretaran erróneamente. He aquí el pasaje que arroja algo de luz sobre el asunto: Nacido cincuenta y dos años demasiado pronto en la persona de Shramana Gautama, hijo del rey Zastang47 y se retiró cincuenta y siete años demasiado pronto en la persona de Mahâ Shankara, que se cansó de su forma externa. Esta punible acción suscitó el enojo del rey Karma, quien mató la nueva forma de *** 48 a los treinta y tres años49 de su vida, que era precisamente la edad del cuerpo abandonado50.

En su inmediata existencia murió a poco más de los treinta y dos de edad y en la siguiente a los ochenta, según las crónicas (ilusoriamente), pero a los ciento en realidad. El Bodhisattva escogió el cuerpo de Tiani–Tsang51, y después el Sugata fue Tsong–Kha–pa, quien por ello se convirtió en

 46 [El texto entre corchetes sirve de antecedente a las afirmaciones expuestas a continuación en el texto, y que por lo confusas y contradictorias tales como aparecen, dan motivo a suponer que H.P.B. las hubiera dilucidado, pues las escribió dos o tres veces con diferente redacción. El manuscrito está sumamente confuso, y así lo publicamos tal como lo escribió, poniendo las adiciones entre paréntesis] – A.B.
47 El rey Suddhodana.
48 Hay varios nombres substituidos simplemente por asteriscos.
49 Shankarâchârya murió, también, a los treinta y dos de edad, o mejor dicho desapareció de la vista de sus discípulos, según afirma la tradición.
50 Según dice el Comentario, cuando un adepto se desprende voluntariamente del cuerpo a determinada edad, en la inmediata existencia habrá de morir a la misma edad contra su voluntad. [N. del Editor de la edición española].
51 ¿Fue “Tiani–Sang” Apolonio de Tyana? Es simple sospecha. En apoyo de ella hay algo en la vida de Apolonio, pero en cambio hay otras cosas en contra.

 De–zhin–Shegs–pa o Tathâgata52. El Bendito pudo beneficiar a su generación, pero no a la posteridad, en la persona de ***, y así encarnó en Tiani–Tsang sólo para apurar los residuos53. Los Siete Senderos y las Cuatro Verdades se encubrieron más todavía. El Misericordioso atendió desde entonces exclusivamente al paternal cuidado del corazón de Bodyul, el plantel de las semillas de la verdad. Los benditos “residuos” han cobijado desde entonces y reposado en algunos santos cuerpos de Bodhisattvas humanos. Ningún otro pormenor ni explicación nos da la obra secreta, en la que todo es oscuridad y misterio, pues evidentemente se escribió tan sólo para quienes estaban instruidos de antemano. En el original están los nombres propios sustituidos por asteriscos rojos, y en el texto se notan violentas interrupciones.

La clave del enigma se deja a la intuición del lector, a menos que “los verdaderos discípulos”54 de Gautama el Buddha y Shankarâchârya se dignen darle explicaciones complementarias. La sección final es una especie de resumen de las setenta secciones en que se concretan setenta y tres años de vida de Buddha55. He aquí un extracto del último párrafo de dicha sección final: El Maestro de incomparable misericordia salió de… el más excelente de los tres lugares secretos [Sang–Sum], después de haber cumplido mejor que todos los anacoretas el rito de… y luego de prescindir de ellos56 percibió por [el poder de] Hlun–Chub57 cuál era su próximo deber. El Insigne meditaba y se preguntaba a sí mismo si esto ayudaría a las futuras generaciones. Lo que ellos necesitaban era la vista de Mâyâ en un cuerpo de ilusión. ¿Cuál?… El gran vencedor de penas y aflicciones levantóse y regresó al lugar de su nacimiento. Allí Sugata fue bien recibido por muy pocos, porque no conocieron a Shramana Gautama. “Shâkya [el potente] está en el nirvâna… ÉI dio la ciencia a los Shuddhas [Shudra]” dicen los de Damze Yul58…

Por esto, nacido de piedad, el glorioso Ser se retiró a *** apareciendo después kármicamente como Mahâ Shankara. Y nació fuera de piedad en ***

 52 [“El que sigue el camino de sus predecesores”].
53 [Entendemos que se refiere a los residuos del karma precedente].
54 “Los que se verán repudiados por el buddhismo en el próximo ciclo”.
55 Según las enseñanzas esotéricas, vivió Buddha cien años; pero como a los ochenta alcanzó el nirvâna, se le tuvo desde entonces por muerto para el mundo de los hombres. Véase el artículo “Shâkyamuri’s Place in History” en Five Years of Theosophy, pág. 230.
56 Es un rito secreto perteneciente a la superior iniciación y tiene el mismo significado que el a que alude San Clemente de Alejandría al hablar de “la separación del Cristo” en nosotros como señal de reconocimiento (Strom., Cap. XIII). Schlagintweit se admira de lo que ello pueda ser, y al efecto dice: “Siempre se representó típicamente a los eremitas en figura de hombres de larguísima barba y abundosa cabellera… Un rito muy a menudo preferido, aunque no veo la razón, es el del Chod (“cortar” o “destruir”), cuyo significado ocultan los lamas cuidadosamente en profundo secreto”. Buddhism in Tibet, pág. 163.
57 El divino Espíritu en el hombre; el supremo grado de clarividencia.
58 La India; el país de los brahmanes. y otra vez en *** y luego en Tsong–Kha–pa…

 Porque el que escoge humillación debe descender, y el que no ama, permite que karma lo levante59.
 Este pasaje es indudablemente oscuro y escrito para pocos. No es lícito decir nada más, porque no ha llegado aún el tiempo en que las naciones estén dispuestas a oír la verdad entera. Las antiguas religiones abundan en misterios, y la revelación de algunos de ellos tendrían por seguro resultado el estallido de odios, con derramamiento de sangre, y tal vez peores males. Baste saber que mientras Gautama Buddha está sumido en el nirvâna desde su muerte, puede haber tenido que reencarnar Gautama Shâkyamuni. Esta dual personalidad interna es uno de los mayores misterios del psiquismo esotérico.

 “El lugar de los tres secretos” se refiere al sitio en donde residen superiores iniciados con sus discípulos. Los “secretos” son las tres místicas facultades: Gopî, Yasodharâ y Uptala60 Varnâ; que Csomo de Koros confundió con las tres esposas de Buddha, como otros orientalistas han tomado por esposa de Buddha la facultad de yoga (Shakti) personificada por una divinidad femenina. También se ha confundidos la facultad espiritual, llamada Draupadî, con la común esposa de los cinco príncipes pandavas.

 59 El secreto significado de esta frase es que karma ejerce su influjo sobre un adepto tanto como sobre cualquier otro hombre. Los “dioses” están sujetos al karma lo mismo que los simples mortales. El adepto que entra en el sendero y alcanza el dharmakâya (el nirvâna del cual no hay vuelta hasta el próximo gran Kalpa), tiene derecho a elegir una condición inferior, pero con facultad de volver cuando le plazca y en cualquier personalidad que haya elegido. Para ello debe estar preparado a sobrellevar toda posibilidad de fracaso, determinada por la ley oculta. El karma únicamente es justo e infalible en sus selecciones. El que se aprovecha de los derechos del karma debe soportar sus consecuencias si alguna sobreviene. Así la primera reencarnación de Buddha fue determinada por karma y lo condujo a mayor altura que nunca; las dos reencarnaciones posteriores fueron “sin piedad” y ***.

60 [Debería leerse Utpala o Utpalam, significando “un loto azul” Varnâ significa “color”].

 D.S TVI

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