Como quiera que muchos se me han quejado de no haber descubierto claramente la aplicación práctica de los diagramas incluídos en los dos anteriores estudios, y otros dicen que son demasiado abstrusos, conviene esclarecer los conceptos.
En la mayor parte de los casos, la dificultad de comprensión provino de tomar falsos puntos de vista, en que se confundieron lo puramente abstracto y metafísico con lo concreto y lo físico. Por ejemplo, los diagramas de página 91 del segundo apunte, son completamente macrocósmicos e ideales. Conviene recordar que el Ocultismo procede en sus estudios de lo universal a lo particular, y no de lo particular a lo universal, como la ciencia profana. Platón seguía el método primero, porque era un Iniciado; pero Aristóteles, que jamás llegó a serlo, apartóse de las enseñanzas de su maestro para legar en herencia un sistema propio, posteriormente mejorado y modificado por Bacon. A toda esotérica enseñanza se le puede aplicar aquel aforismo de sabiduría hermética que dice: “Como es arriba, así es abajo”.
Pero nosotros hemos de empezar por arriba; y debemos aprender la fórmula, antes de que podamos integrar las series.
Las dos figuras no representan, por lo tanto, dos planos particulares cualesquiera, sino que son la abstracción de un par de planos, según la ley de la reflexión, así como el Manas Inferior es un reflejo del Superior. Así, pues, hemos de considerarlos en su más elevado sentido metafísico.
Los diagramas no tienen otro objeto que familiarizar a los estudiantes con las ideas capitales de las correspondencias ocultas, pues la verdadera índole del Ocultismo metafísico, macrocósmico y espiritual, prohíbe el empleo de figuras, y aun de símbolos, a no ser en calidad de interinos auxiliares. En cuanto se define verbalmente una idea, pierde su realidad; en cuanto se plasma una idea metafísica, queda materializado su espíritu. Las figuras deben emplearse tan sólo como peldaños para escalar la muralla, que de nada sirven luego de puesto el pie en las almenas.
Por lo tanto, los estudiantes han de espiritualizar cuidadosamente estos Apuntes, evitando materializarlos; han de buscar siempre el más, excelso significado posible, teniendo en cuenta que cuanto más se acerquen a lo material y visible en sus especulaciones sobre estos estudios, más lejos estarán de comprenderlos debidamente. Esto sucede especialmente con los primeros Apuntes y diagramas; porque, como en todas las artes verdaderas, también en Ocultismo es preciso aprender la teoría antes de que se nos enseñe la práctica.
CONSIDERACIONES SOBRE EL SIGILO
Los estudiantes preguntan: ¿A qué tanto secreto sobre los pormenores de una doctrina, cuyo cuerpo ha sido ya revelado públicamente en el Buddhismo Esotérico y en la Doctrina Secreta?
A esto el Ocultismo responde con dos razones:
1ª La totalidad de la verdad es demasiado sagrada para que se exponga a todos.
2ª El conocimiento de todos los pormenores y eslabones faltantes de lo exotérico es demasiado peligroso para que se ponga en manos profanas.
Las verdades reveladas al hombre por los “Espíritus planetarios”245 (que aparecen en la tierra como avatâras tan sólo al comienzo de cada nueva raza humana y en las uniones o finales de los dos extremos de los ciclos menor y mayor) cayeron en olvido con el tiempo, cuando los hombres se sumieron en la animalidad. Sin embargo, aunque estos instructores únicamente sólo moran en la Tierra el tiempo necesario para imprimir en las plásticas mentes de la infantil humanidad las eternas verdades que enseñan, su espíritu permanece vívido, aunque latente, entre el género humano. El pleno conocimiento de la revelación primitiva, lo han conservado siempre unos cuantos elegidos (Adeptos), que lo transmitieron de generación en generación. Según dicen los Maestros en la cartilla Ocultista:
Esto se hace así para evitar que las eternas verdades se pierdan completamente o queden olvidadas en adelante por las generaciones futuras.
La misión del Espíritu Planetario es dar la nota fundamental de la Clave de la Verdad.
Una vez que ha dirigido las vibraciones de modo que prosigan el no interrumpido curso del encadenamiento de la raza hasta el fin del ciclo, desaparece de la Tierra en espera del siguiente Manvântara planetario246. La misión de todo instructor de verdades esotéricas, es exactamente la misma, ya esté en lo alto o al pie de la escala del conocimiento; pues como es arriba, así es abajo. Por mi parte, recibí sólo orden de dar la nota fundamental de las varias enseñanzas esotéricas entre los estudiantes considerados corporativamente. Aquellos de vosotros que sobresalgan en el “Sendero” sobre sus condiscípulos en su esfera esotérica, recibirán, como los “elegidos” en las Fraternidades originales, los últimos pormenores explicativos y la definitiva clave de lo que han de aprender. Sin embargo, nadie espere lograr este privilegio antes que los Maestros (no mi humilde persona) le consideren digno de ello.
Si deseáis conocer la razón de esta política, voy a decírosla, aunque cuanto os explique lo sabéis tan bien como yo; porque la experiencia ha demostrado que al principio toda precaución es poca.
Varios de los centenares de individuos que constituyen nuestra corporación, parece como si no hubiesen echado de ver ni la pavorosa santidad de la promesa (que algunos prestan con los puntos de la pluma), ni que su personalidad ha de quedar completamente descartada en frente de su Yo Superior; o bien que de nada valen todas sus palabras y promesas si no están corroboradas por las obras. Esto era propio de la naturaleza humana, y por lo tanto concedió el Maestro una nueva estipulación. Mas aparte de esto, acecha otro peligro en la índole misma del ciclo actual; porque si bien la humanidad civilizada está celosamente protegida por sus invisibles vigilantes, los Nirmânakâyas, que velan por sus respectivas razas y naciones, se halla, no obstante, sometida por la ley del karma colectivo, al terrible influjo de los encarnados o desencarnados “Hermanos de la Sombra”, los tradicionales antagonistas de los Nirmânakâyas.
Esto durará, según ya se dijo, hasta el fin del primer ciclo del Kali Yuga (1897), y unos cuantos años más allá, pues el círculo menor oscuro influye sobre el mayor. Así es que, a pesar de las precauciones tomadas, se revelan frecuentemente secretos terribles a gentes no merecedoras de ello en modo alguno, por los esfuerzos de los “Hermanos Tenebrosos” y su actuación en los cerebros humanos. Esto proviene de que, en ciertos organismos privilegiados, se abren camino las vibraciones de la verdad primitiva puestas en acción por los Espíritus Planetarios, y producen lo que llama ideas innatas la Filosofía occidental, y “relámpagos de genio” el Ocultismo247. Todo lo que a las vigilantes Potestades les cabe hacer cuando se despierta tal o cual idea basada en la verdad eterna, es evitar su completa revelación.
Dos aspectos tienen las cosas de este Universo de materia diferenciada: el luminoso y el oscuro. Estos dos aspectos nos conducen, en su aplicación práctica, al uso y al abuso respectivamente.
Todo hombre puede llegar a ser botánico sin aparente perjuicio del prójimo; y muchos químicos expertos en la ciencia, saben que hay sustancias que igualmente pueden curar que matar. Doble aplicación tienen todos los ingredientes y todas las ponzoñas, desde la inofensiva cera hasta el mortífero ácido prúsico, y desde la saliva de un niño hasta la de la serpiente cobra. Esto lo saben, por lo menos teóricamente, los mismos bisoños en medicina; pero ¿qué químico moderno ha descubierto el “aspecto tenebroso” de las sustancias animales, vegetales o minerales, reservado a los ocultistas? ¿Quién pudo penetrar el arcano de la íntima esencia de las cosas y sus primarias correlaciones? Este conocimiento sólo da a un ocultista la categoría de genuino Iniciado práctico, ya se convierta en un “Hermano de la Luz” o en un “Hermano de las Tinieblas”.
La esencia de aquel sutilísimo e imperceptible veneno, el más activo de todos, que entraba en la composición de los tóxicos confeccionados por los Médicis y Borgias, puede curar o matar a cualquier hombre si quien lo maneja está verdaderamente en la gradación septenaria de su potencialidad en cada uno de los planos accesibles al hombre terreno; y el resultado dependerá, naturalmente, de que el operador sea un Hermano de la Luz o un Hermano de la Sombra. El karma individual o colectivo impide a los hermanos de la luz realizar todo el bien que podrían; el colectivo
esfuerzo de las “Piedras” de la “Muralla protectora de la Humanidad” no deja que los
“Hermanos de las Tinieblas” acaben su nefasta obra248.
Es un error creer en los “polvos de proyección”, la “piedra filosofal” y el “elixir de vida”. Este último dormita en todos los vegetales y minerales del globo, pues consiste en la final esencia de las cosas en su camino hacia más y más alta evolución. Así como no hay bien ni mal que de por sí lo sea, tampoco hay “elixir de vida” ni “elixir de muerte” ni veneno alguno, per se; sino que todo está contenido en la misma y única Esencia universal, cuyos contrarios efectos dependen de su grado de diferenciación y de sus diversas correlaciones. El aspecto luminoso de esta esencia produce vida, salud, dicha y divina paz; el aspecto tenebroso produce turbación, tristeza, enfermedad y muerte.
Así lo demuestra el conocimiento de la naturaleza de los más activos venenos; pues algunos no dañan al organismo en fuertes dosis, mientras que un miligramo puede matar con la rapidez del rayo. Por otra parte, la misma dosis será saludable en combinación con otra sustancia. Siete son los grados diferenciales, como también los planos de su acción, y cada grado tendrá benéficos o maléficos efectos, según el sistema en que se opere.
Los peritos en estas gradaciones se hallan ya en el camino real del adeptado práctico; pero la enorme mayoría de “mentalistas”, “curanderos”, “cristianos científicos”, etc., operan al acaso y se exponen a deplorables resultados, tanto en sí mismos como en los demás. Estimuladas todas estas nuevas sectas por el ejemplo de los yoguis indos, de cuyas prácticas oyeron hablar sin ocasión de estudiarlas, se han precipitado con los ojos cerrados, temerariamente y sin guía alguna, en la práctica de negar y afirmar, con lo que han producido más mal que bien. Algunos han tenido éxito, gracias a sus innatas facultades magnéticas y saludables, que muy frecuentemente contrarrestan lo que de otro modo los conduciría al mal. Id con cuidado, os digo. Satán y el Arcángel son algo más que gemelos. Son un solo cuerpo y una sola mente. Deus est demon inversus.
¿ES BENEFICIOSA LA PRÁCTICA DE LA CONCENTRACIÓN?
Ésta es otra pregunta que se oye con frecuencia y a la que cabe responder diciendo: Excelente es la genuina concentración y meditación, consciente y precavida, sobre el yo inferior a la luz de los Pâramitâs y del divino Yo interno; pero es fatal “dedicarse al Yoga” con sólo un somero y a menudo extraviado conocimiento de sus verdades prácticas; porque el diez por ciento de estudiantes, o desenvolverán facultades mediumnísticas, o perderán el tiempo y se aburrirán tanto en la práctica como en la teoría. Antes de entregarse a tan arriesgado experimento y de ir más allá de un minucioso examen del propio yo inferior y de sus pasos en la vida, o lo que en terminología ocultista se llama el “Libro de la Vida diaria del Chela”, es preciso aprender, por lo menos, la diferencia entre la “magia” blanca o divina y la magia negra o diabólica, y convencerse de que si se “dedica uno al yoga” sin experiencia alguna, y sin tener quien le muestre los peligros, antes hay que cerciorarse de que no se están cruzando de día en día y de hora en hora, los límites de lo divino para caer en lo satánico. Sin embargo, muy fácil es conocer la diferencia; pues basta recordar que ninguna verdad esotérica enteramente revelada se publicará jamás impresa en libros ni periódicos.
Consulten los estudiantes el excelente artículo de Râma Prâsad, titulado: Las Fuerzas más sutiles de la Naturaleza249.
El mérito de este trabajo250 no estriba tanto en su mérito literario, como en la exposición de enseñanzas hasta entonces escondidas en un raro y antiguo tratado sánscrito de Ocultismo. Pero Râma Prâsad no es un ocultista, sino un doctor universitario de mucho talento y un gran sanscritista, cuyos ensayos están basados casi enteramente en obras tântrikas, que leídas sin discernimiento por un ocultista novel, le arrastrarán a practicar la magia negra más abierta. Ahora bien; como la diferencia capital entre la magia blanca y la negra es el objeto con el cual se practica, pues son de secundaria importancia los agentes empleados para producir resultados fenomenales, resulta en extremo tenue la línea divisoria entre ambas. Sin embargo, no es tan grave el peligro al considerar que los libros llamados ocultos lo son tan sólo en cierto sentido; es decir, que el texto es oculto sólo por razón de los velos.
El lector ha de entender acabadamente el simbolismo, antes de descubrir el genuino significado de la enseñanza. Además, dichos libros no están nunca completos; pues sus varias partes llevan distintos títulos, y en cada una de ellas se inserta algún trozo de otra obra; de suerte que sin una clave, no se encuentra la verdad completa. Ni aun el famoso Shivâgama, que sirve de base a Fuerzas más sutiles de la Naturaleza, se halla “integro en volumen alguno”, según nos dice el autor. Así es que, como todos los otros, trata únicamente de cinco Tattvas en vez de los siete de las enseñanzas esotéricas.
Ahora bien; ¿cómo puede ser esto si los Tattvas son simplemente el substrátum de las siete fuerzas de la Naturaleza? Hay siete formas de Prakriti, según nos enseñan el Sânkhya de Kapila, el Vishnu Purâna y otras obras. Prakriti es la Naturaleza, la Materia
(primordial y elemental); y por lo tanto, es lógico que haya también siete Tattvas. Porque tanto monta que, como enseña el Ocultismo, Tattvas signifique “fuerzas de la Naturaleza”, o que, según dice el erudito Râma Prâsad, sean “la sustancia de que está formado el Universo” y la “fuerza que lo mantiene”. Son ellos la Fuerza (Purusha) y la Materia (Prakriti). Y si las formas, o planos de materia, son siete, también han de ser siete sus fuerzas. En otros términos, los grados de densidad de la materia y los grados de la fuerza que la anima, han de corresponderse paralelamente.
El Universo está formado por el Tattva, mantenido por el Tattva y desaparecerá en el
Tattva.
Así dice Shiva en el Shivâgama, según lo cita Râma Prasâd en Las Fuerzas más sutiles de la Naturaleza.
De esto se infiere que si Prakriti es septenario, los Tattvas han de ser siete, porque, como queda dicho, son ellos a la par sustancia y fuerza, o la materia atómica y el espíritu que la anima.
Explicamos esto aquí para que el estudiante sea capaz de leer entre líneas los llamados artículos ocultos sobre filosofía sánscrita que, de lo contrario, pudieran extraviarle. Los antiguos brahmanes mantuvieron con mucho sigilo la sagrada doctrina de los siete Tattvas251, cuya enseñanza está casi olvidada en nuestros días, pues raros son los iniciados que hablan de ella, por estar limitada a las escuelas transhimalâyicas. Sin embargo, la política oculta ha ido cambiando gradualmente en este punto. Empezaron los chelas a aprender dicha doctrina a grandes rasgos; y cuando en 1879 se estableció en la India la Sociedad Teosófica, se me ordenó que la enseñara en su forma exotérica, a uno o dos. Ahora la expongo esotéricamente.
En vista de que algunos estudiantes tratan de seguir un método de yoga a su manera, sin otro guía que las escasas e incompletas insinuaciones halladas en revistas y libros teosóficos (que tienen que ser naturalmente incompletas), escojo una de las mejores exposiciones de las antiguas obras ocultas, Las Fuerzas más sutiles de la Naturaleza
(Nature's Finer Forces, Londres, 1897), a fin de hacer ver cuán fácilmente puede uno extraviarse con sus velos.
Parece que el autor de dicha obra se ha engañado a sí mismo. Los tantras, leído esotéricamente, rebosan sabiduría como las más nobles obras ocultas. Estudiados sin guía y llevados a la práctica, pueden determinar varios resultados fenoménicos en los planos moral y fisiológico. Pero perdido estará sin remedio quien acepte la letra muerta de sus reglas y prácticas e intente llevarlas a cabo con algún egoísta propósito. Seguidas con puro corazón e intenciones inegoístas, con el mero objeto de experimentación, no producirán resultado alguno, o bien desengañarán y retrasarán al operador, los que produzca. Pero ¡ay¡ del egoísta que trate de educir facultades ocultas con el único fin de lograr beneficios materiales y satisfacer venganzas o ambiciones. La separación del Yo superior de los principios inferiores, y el apartamiento de Buddhi–Manas de la personalidad tântrika, serán las rápidas y terribles consecuencias kármicas de la Magia Negra.
En Oriente, en la India y en China, se encuentran hombres y mujeres desalmados,
tanto como en el Occidente, aunque allí no toma el vicio tanto incremento como aquí.
A ello les conduce el olvido de la ancestral sabiduría, y la práctica de la Magia Negra. Pero de esto hablaremos más adelante, limitándonos por ahora a añadir: estáis advertidos y conocéis el peligro.
Entretanto, hemos de estudiar, en vista de lo que sigue, la verdadera división oculta de los principios, en su correspondencia con los Tattvas y otras fuerzas menores.
D.S TVI
NOTAS
245 Los Kumâras superiores que ya no encarnan en el Universo durante este Mahâmanvantara.
246 Véase The Mahâtmâ Letters to A. P. Sinnet, pág. 41.
247 Lucifer, Nov. de 1889. pág. 227.
248 La Voz del Silencio, págs. 68 y 94.
249 “Nature’s Finer Forces”, The Theosophist Noviembre de 1887, pág. 98. Las alusiones que hacemos a las
Fuerzas más sutiles de la Naturaleza, se refieren a los ocho artículos publicados en The Theosophist
[1887–8] y no a los quince ensayos y la traducción de un capítulo del Shivâgama, contenidos en el libro de aquel mismo título. El Shivâgama es puramente tántrico en sus pormenores, y sólo perjuicio puede producir la práctica de sus preceptos. Por mi parte disuadiría enérgicamente a los estudiantes de todo intento de todas estas prácticas de Hatha Yoga, porque o labrarán su propia ruina, o retrocederán de tal manera que les sea casi imposible recuperar en esta encarnación el terreno perdido. La referida traducción ha sido considerablemente expurgada, y ni aun así convenía publicarla; encomia la magia negra de la peor especie, y es el polo opuesto del Râja Yoga espiritual. Id con cuidado, os digo.
250 Premiado con medalla de oro por los editores de The Theosophist.
251 Los principios del Universo y del hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario