XVII. La Existencia Inicial en el primer Crepúsculo del Mahâmanvantara [después del
Mahâpralaya que sigue a cada edad de Brahmâ] es una CUALIDAD ESPIRITUAL
CONSCIENTE. En los mundos manifestados [Sistemas Solares] existe, en su
Subjetividad Objetiva, a manera del velo de un Soplo Divino, ante la mirada del
vidente extasiado. Se difunde en cuanto sale de Laya 536 al través del Infinito, como un
fluido espiritual incoloro. Hállase en el Séptimo plano, y en su Séptimo Estado, en
nuestro Mundo Planetario 537.
XVIII. Es Substancia para NUESTRA visión espiritual. No puede ser llamada así por
los hombres en su Estado de vigilia; y por lo tanto, en su ignorancia, la han
denominado “Espíritu de Dios”.
XIX. Existe en todas partes y forma el primer Upâdhi [Cimiento] sobre el cual
nuestro Mundo [Sistema Solar] está construido. Fuera de este último, sólo puede
encontrarse en su prístina pureza entre [los Sistemas Solares o] las Estrellas del
Universo, los mundos ya formados o formándose; permaneciendo mientras tanto en
su seno los que se hallan todavía en Laya. Como su substancia es de una especie
diferente de la conocida en la Tierra, y las habitantes de esta última ven AL TRAVÉS
DE ELLA, creen, en su ilusión e ignorancia, que es un espacio vacío. No existe ni el
grueso de un dedo [angula] de Espacio vacío, en todo el Ilimitado [Universo]…
XX. La Materia o Substancia es septenaria en nuestro mundo, como lo es más allá
del mismo. Además, cada uno de sus estados o principios está graduado en siete
rangos de densidad. Sûrya [el Sol], en su reflexión visible, exhibe el primero o estado
más inferior del séptimo, el orden más elevado de la PRESENCIA Universal, lo puro de
lo puro, el primer Hálito manifestado del Siempre Inmanifestado Sat [Seidad]. Todos
los Soles centrales físicos u objetivos son en su substancia el estado más inferior del
primer principio del Hálito. Ninguno de ellos es más que la Reflexión de sus Primarios,
que están ocultos a las miradas de todos menos a las de los Dhyân Chohans, cuya substancia corpórea pertenece a la quinta división del séptimo principio de la
Substancia Madre, y es, por lo tanto, cuatro grados más elevada que la substancia
solar reflejada. Así como existen siete Dhâtu [substancias principales en el cuerpo
humano], del mismo modo existen siete Fuerzas en el Hombre y en la Naturaleza
entera.
XXI. La esencia real del Oculto [Sol] es un núcleo de la Substancia Madre 538. Es el
Corazón y la Matriz de todas las Fuerzas vivientes y existentes en nuestro Universo
Solar. Es la Pepita desde la cual comienzan a desplegarse en sus jornadas cíclicas
todos los Poderes que ponen en acción a los Átomos; en sus deberes funcionales, y el
Foco dentro del cual se reúnen de nuevo en su Séptima Esencia cada undécimo año.
Aquel que te diga que ha visto al Sol, ríete de él 539, como si hubiese dicho que el Sol se
mueve realmente en su curso diurno …
XXIII. En razón de su naturaleza septenaria, hablan los antiguos del Sol como del
que es arrastrado por siete caballos iguales a los metros de los Vedas; o también que,
aun cuando se le identifica con los siete Gana [Clases de Seres] en su orbe, es distinto
de ellos 540, como lo es en verdad; así como también que tiene Siete Rayos, como los
tiene verdaderamente …
XXV. Los Siete Seres que están en el Sol, son los Siete Santos, nacidos por sí mismos
del poder inherente en la Matriz de la Substancia Madre. Ellos son quienes envían las
siete Fuerzas principales, llamadas Rayos, que al principio del Pralaya se concentrarán
en siete nuevos Soles para el próximo Manvantara. La energía, de la cual ellos surgen a
la existencia consciente en cada Sol, es lo que algunos llaman Vishnu, que es el Aliento
de lo ABSOLUTO. Nosotros le llamamos la Vida única Manifestada –en sí una
reflexión del Absoluto…
XXVII. A este último jamás se le debe mencionar en palabras o discursos, NO SEA
QUE ARREBATE ALGUNAS DE NUESTRAS ENERGÍAS ESPIRITUALES, que aspiran
hacia su estado, gravitando siempre espiritualmente de modo progresivo hacia ELLO,
como gravita, cósmicamente, todo el universo físico hacia su centro manifestado.
XXVIII. La primera (la Existencia Inicial), que puede denominarse, durante este
estado de existencia, la VIDA UNA, es, según se ha explicado, un velo para propósitos
creativos o formativos.
Se manifiesta en siete estados, los cuales, con sus subdivisiones septenarias, constituyen los Cuarenta y Nueve Fuegos mencionados en
los libros sagrados.
XXIX. El primero es la… “Madre” [MATERIA Prima]. Separándose por sí en sus siete
estados primarios, procede cíclicamente hacia abajo; cuando s e consolida en su
ÚLTIMO principio como MATERIA DENSA541
gira en torno de sí misma, y anima con
la séptima emanación del último, al elemento primero y más inferior [la serpiente
mordiéndose su propia cola]. En una Jerarquía, u Orden de Existencia, la séptima
emanación de su último principio, es:
(a) En el Mineral, la Chispa que en él se halla latente, y es llamada a su vida
transitoria por lo Positivo despertando a lo Negativo [y así sucesivamente] …
(b) En la Planta, es aquella Fuerza vital e inteligente que anima a la semilla y la
desenvuelve en la hoja de hierba, o la raíz y al renuevo. Es el germen que se convierte
en el Upâdhi de los siete principios del ser en que reside, lanzándolos al exterior a
medida que el último crece y se desarrolla.
(c) En todos los Animales, hace lo, mismo. Es su Principio de Vida y su poder vital; su
instinto y cualidades; sus características e idiosincrasias especiales…
(d) Al Hombre, le da todo cuanto concede a las demás unidades manifestadas en la
Naturaleza; pero desarrolla además en él, la reflexión de todos sus “Cuarenta y nueve
Fuegos”. Cada uno de sus siete principios es un heredero universal y un partícipe de los
siete principios de la “Gran Madre”. El hálito de su primer principio es su Espíritu
[Âtmâ]. Su segundo principio es Buddhi [Alma]. Nosotros le llamamos, erróneamente,
el séptimo. El tercero le provee de la Materia Cerebral en el plano físico y de la Mente
que la mueve [que es el Alma Humana –H.P.B]– según sus capacidades orgánicas.
(e) Es la Fuerza directora de los Elementos cósmicos y terrestres. Reside en el Fuego
sacado de su estado latente a la existencia activa; pues la totalidad de las siete
subdivisiones del… principio, reside en el Fuego terrestre. Gira en la brisa, sopla con el
huracán y pone al aire en movimiento, el cual elemento participa también de uno de
sus principios. Procediendo cíclicamente, regula el movimiento del agua, atrae y repele
a las olas 542
de acuerdo con leyes fijas de las cuales su séptimo principio es el alma
animadora.
(f) Sus cuatro principios superiores contienen el Germen que s e desarrolla
convirtiéndose en los Dioses Cósmicos; sus tres inferiores producen las Vidas de los
Elementos [Elementales]
(g) En nuestro Mundo Solar, la Existencia Una es los Cielos y la Tierra, la Raíz y la Flor,
la Acción y el Pensamiento. Está en el Sol, y está del mismo modo presente en la
luciérnaga. Ni un átomo puede escapar a la misma. Por lo tanto, los antiguos Sabios la
han llamado, acertadamente, el Dios manifestado en la Naturaleza.
Puede ser interesante en relación con esto, recordar al lector lo que dice T. Subba-
Row acerca de las referidas Fuerzas, definidas místicamente:
Kanyâ [el sexto signo del Zodiaco, o Virgo] significa una virgen y representa a Shakti o
Mahâmâyâ. El signo en cuestión es el sexto Râshi o división, e indica que existen seis
fuerzas primarias en la Naturaleza [sintetizadas por la Séptima]…
Estas Shakti son como sigue:
1º Parâshaki. – Literalmente la fuerza o poder grande o supremo. Significa e incluye los
poderes de la luz y del calor.
2º Jnânashakti. – Literalmente el poder de la inteligencia, de la sabiduría o
conocimiento verdadero. Tiene dos aspectos:
I. Lo que sigue son algunas de sus manifestaciones, cuando está colocado bajo la
influencia o el dominio de condiciones materiales:
a) el poder de la mente para interpretar
nuestras sensaciones:
b) su poder para recordar ideas pasadas (memoria), y para originar
expectaciones futuras;
c) su poder tal como se exhibe en lo que llaman los psicólogos
modernos “las leyes de asociación”, que le permite formar relaciones persistentes entre
varios grupos de sensaciones y de posibilidades de sensaciones, generando así la noción
o idea de un objeto externo;
d) su poder para relacionar nuestras ideas por medio del
lazo misterioso de la memoria, generando así la noción del yo o individualidad.
II. Las siguientes son algunas de sus manifestaciones cuando se libertan de los lazos de
la materia.
a) Clarividencia;
b) Psicometría.
3º Ichchhâshakti – Literalmente el poder de la voluntad. Su manifestación más
ordinaria es la generación de ciertas corrientes nerviosas, que ponen en movimiento los
músculos que se requieren para llevar a efecto el fin deseado.
4º Kriyâshakti. – El poder misterioso del pensamiento que le permite producir
resultados externos, perceptibles, fenomenales, gracias a su propia energía inherente.
Sostenían los antiguos que cualquier idea se manifestará al exterior, si la atención de uno
se halla profundamente concentrada sobre ella. Del mismo modo una volición intensa
será seguida por el resultado apetecido.
Un Yogui generalmente verifica sus maravillas
por medio de Ichchhâshakti y de Kriyâshakti.
5ª Kundalini Shakti. – El poder o fuerza que se mueve en forma serpentina o en curvas.
Es el Principio Universal de vida, manifestándose en todas partes en la Naturaleza. Esta
fuerza incluye las dos grandes fuerzas de atracción y de repulsión. La electricidad y el
magnetismo son tan sólo manifestaciones de la misma. Éste es el poder que lleva a
efecto aquella “continuidad continua de las relaciones internas con las relaciones
externas”, que es la esencia de la vida según Herbert Spencer, y “la conformídad continua
de las relaciones externas con las relaciones internas”, que es el fundamento de la
transmigración de las almas, Punarjanman (Renacimiento), en las doctrinas de los
filósofos indos.
Un Yogui debe subyugar por completo este poder o fuerza, antes de que pueda
alcanzar Moksha.
6ª Mantrikâzakti. – Literalmente la fuerza o poder de las letras, el lenguaje o la música.
Todo el antiguo Mantra Shâstra se ocupa, corno asunto, de esta fuerza en todas sus
manifestaciones… La influencia de su música es una de sus manifestaciones ordinarias.
El poder maravilloso del nombre inefable es la corona de esta Shakti.
La ciencia moderna ha investigado tan sólo en parte la primera, segunda y quinta de las
fuerzas anteriormente citadas; pero se halla por completo en la obscuridad en lo
referente a los poderes restantes. Las seis fuerzas son representadas en su unidad por la
Luz Astral. [Daiviprakriti, la Séptima, la luz del Logos]543.
Citase lo anterior para hacer ver las verdaderas ideas indas acerca del asunto. Todo
ello es esotérico si bien no comprende ni la décima parte de lo que podría decirse.
Por ejemplo los seis nombres de las seis fuerzas mencionadas son los de las seis
Jerarquías de Dhyân Chohans, sintetizadas por su Primaria, la séptima, que
personifica al Quinto Principio de la Naturaleza Cósmica, o la “Madre” en su sentido
místico. La enumeración tan sólo de los Poderes del Yoga exigiría diez volúmenes.
Cada una de estas Fuerzas posee a su cabeza una Consciente Entidad viviente, de la
cual es una emanación.
Pero comparemos las palabras de Hermes, el Tres Veces Grande, con el Comentario
citado antes:
La creación de la vida por el sol es tan continua como su luz; nada la detiene ni la limita.
En torno de él, a manera de un ejército de satélites, existen innumerables coros de
Genios. Éstos residen en la vecindad de los Inmortales, y desde allí velan sobre los
asuntos humanos.
Ellos cumplen la voluntad de los Dioses [Karma], por medio de
temporales, calamidades, transiciones de fuego y terremotos, igualmente por medio de
hambres y guerras, para el castigo de la impiedad…544.
El sol es quien conserva y alimenta a todas las criaturas; y así como el Mundo Ideal que
rodea al mundo sensible llena a este último con la plenitud y variedad universal de las
formas, del mismo modo el sol, comprendiéndolo todo en su luz, lleva a efecto en todas
partes el nacimiento y el desarrollo, de las criaturas… “Bajo sus órdenes se halla el coro
de los Genios, o más bien los coros, pues allí hay muchas y diversos, y su número
corresponde al de las estrellas. Cada estrella posee sus Genios, buenos y malos por
naturaleza, o más bien por su acción; pues la acción es la esencia de los Genios…” Todos
estos Genios presiden sobre los asuntos mundanos 545; ellos sacuden y derriban la
constitución de los estados y de los individuos; ellos imprimen, su parecido en nuestras
almas, ellos están presentes en nuestros nervios, en nuestra médula, en nuestras venas,
en nuestras arterias y en nuestra misma substancia cerebral…
En el momento en que uno
de nosotros recibe vida y ser, queda a cargo de los Genios [Elementales] que presiden
sobre los nacimientos546, y que se hallan clasificados bajo los poderes astrales [Espíritus
astrales sobrehumanos]. Ellos cambian perpetuamente no siempre de un modo idéntico,
sino girando en círculos547. Ellos impregnan, por medio del cuerpo, dos porciones del
Alma, para que pueda recibir de cada una la impresión de su propia energía. Pero la parte
racional del Alma no se halla sujeta a los Genios; hállase designada para la recepción de
[el] Dios548, que la ilumina con un rayo de sol. Los iluminados así son pocos en número, y
los Genios se abstienen de ellos; pues ni los Genios ni los Dioses poseen poder ninguno
en presencia de un solo rayo de Dios549. Pero todos los demás hombres, tanto en cuerpo
como en alma, son dirigidos por Genios a quienes se adhieren, y a cuyas acciones
afectan…
Los Genios poseen, pues, el dominio de las cosas mundanas, y nuestros
cuerpos les sirven de instrumentos550.
Lo anterior, salvo algunos puntos sectarios, representa lo que fue creencia universal
común a todas las naciones, hasta hace un siglo poco más o menos. Es todavía
igualmente ortodoxo en sus líneas y rasgos generales tanto entre los paganos como
entre los cristianos, a excepción de unos pocos materialistas y hombres de ciencia.
Pues ya se llame a los genios de Hermes y a sus “Dioses” “Poderes de las Tinieblas”
y “Ángeles”, como en las Iglesias griega y latina; o “Espíritus de los Muertos”, como
en el Espiritismo; o Bhûts, Devas, Shaitan y Djin, como , son todavía llamados en la
India y en los países musulmanes –todos ellos son una y la misma cosa– ILUSIÓN.
Sin embargo, no quisiéramos que lo dicho se comprendiese erróneamente, en el
sentido en que la gran doctrina filosófica de los vedantinos ha sido últimamente
alterada por escuelas occidentales.
Todo cuanto es, emana de lo ABSOLUTO, que, por razón de esta calificación tan
sólo, permanece como única realidad; de aquí que cada una de las cosas extrañas a
este Absoluto, el Elemento causativo y generador, debe ser una ilusión sin género
alguno de duda. Pero esto es así sólo desde el punto de vista puramente metafísico.
Un hombre que se considera sano mentalmente, y que por tal es tenido por los
demás, llama asimismo desvaríos e ilusiones a las visiones de un hermano loco
(alucinaciones que pueden, hacer a la víctima muy feliz o en extremo desgraciada,
según el caso). Pero, ¿dónde se halla el loco para quien las sombras horribles de su
trastornada mente, sus ilusiones, no sean para él entonces tan efectivas y reales como
las cosas que puedan ver su médico o su enfermero? Todo es relativo en este
Universo; todo es ilusión.
Pero la experiencia de cualquier plano es efectiva para el
ser que percibe, y cuya conciencia pertenece a aquel estado; a pesar de que dicha
experiencia, mirada desde un punto de vista puramente metafísico, puede
considerarse que no tiene ninguna realidad objetiva. Pero no es contra los
metafísicos, sino contra los físicos y materialistas, contra quienes la enseñanza
Esotérica tiene que combatir; y para estos últimos, la Fuerza Vital, la Luz, el Sonido,
la Electricidad y aun la fuerza tan objetivamente marcada del Magnetismo, no
poseen existencia alguna objetiva, y se dice que existen únicamente como “modos de
movimiento”, “sensaciones y afecciones de la materia”.
Ni los ocultistas en general, ni los teósofos, desechan, como creen algunos
erróneamente, las opiniones y teorías de los sabios modernos, sólo o porque sus
opiniones estén en oposición con la Teosofía. La primera regla de nuestra Sociedad
es dar al César lo que es del César. Los teósofos, por lo tanto, son los primeros en
reconocer el valor intrínseco de la Ciencia. Pero cuando sus sumos sacerdotes
resuelven la conciencia en una secreción de la materia gris del cerebro, y cada una de
las cosas que en la Naturaleza existen en un modo de movimiento, protestamos
contra la doctrina por antifilosófica, contradictoria en sí misma, y sencillamente
absurda, mirada desde un punto de vista científico, tanto y aun más que desde el
aspecto oculto del saber esotérico.
Porque a la verdad la Luz Astral de los tan ridiculizados kabalistas, posee secretos
extraños y misteriosos para quien puede ver en ella; y los misterios ocultos en lo
interior de sus ondas incesantemente perturbadas, allí permanecen, a pesar de la
colectividad entera de materialistas y de burlones.
La Luz Astral de los kabalistas es muy inexactamente traducida por algunos como
“Éter”; confundiendo al último con el Éter hipotético de la Ciencia; y a ambos hacen
referencia algunos teósofos, presentándolos como sinónimos de Âkâsha. Esto es un
gran error.
El autor de A Rational Refutation escribe lo siguiente, auxiliando así
inconscientemente al Ocultismo:
Un rayo característico del Âkâsha servirá para demostrar cuán erróneamente es
representado por el “éter”. En dimensión es… infinito; no se halla constituido de partes;
y el color, el sabor, el olor y la tangibilidad no le pertenecen. Hasta este punto
corresponde exactamente al tiempo, al espacio, a Ishvara [el “Señor” pero más bien la
Potencia creadora y el alma– Anima mundi], al alma. Su especialidad comparada con la
anterior, consiste en ser la causa material del sonido.
A no ser por esto, podría
considerarse como la vacuidad551.
Es vacuidad, sin duda alguna, especialmente para los racionalistas. De todos modos,
el Âkâsha, es seguro que produce la vacuidad en el cerebro de un materialista. Sin
embargo, aunque el Âkâsha no es el Éter de la Ciencia (ni siquiera el Éter del
ocultista, que lo define sólo corno uno de los principios del Âkâsha), es ciertamente,
junto con su primario, la causa del sonido; causa psíquica y espiritual, de ningún
modo causa material. Las relaciones del Éter al Âkâsha pueden ser definidas
aplicando a ambos, Âkâsha y Éter, las palabras usuales del Dios en los Vedas: “Así él
mismo era a la verdad (su propio) hijo”; el uno siendo la producción del otro, y sin
embargo, el mismo.
Puede ser esto un difícil enigma para el profano, pero muy fácil
le comprender para cualquier indo, aunque no sea místico.
Estos secretos de la Luz Astral, juntamente con muchos otros misterios,
permanecerán como no existentes para los materialistas de nuestros tiempos, del
mismo modo que América era un mito sin realidad para los europeos durante los
primeros tiempos de la Edad Media, a pesar de que escandinavos y noruegos habían
llegado a aquel antiquísimo “Nuevo Mundo”, hacía varios siglos, y se habían
establecido. Pero, así como nadó un Colón para redescubrir y para obligar al Antiguo
Mundo a que creyese en los países de los antípodas, del mismo modo nacerán sabios
que descubrirán las maravillas que hoy pretenden los ocultistas que existen en las
regiones del Éter, con sus varios y multiformes habitantes y Entidades conscientes.
Entonces, nolens volens, la Ciencia tendrá que aceptar la antigua como lo ha hecho
con varias otras. Y una vez se haya visto forzada a aceptarla, sus sabios profesores,
según toda probabilidad –a juzgar por la experiencia pasada, como en el caso del
Mesmerismo y Magnetismo, ahora rebautizado como Hipnotismo–, apadrinarán la
cosa y rechazarán el nombre. La elección del nombre nuevo dependerá, a su vez, de
los “modos de movimiento” (el nuevo nombre de los muy antiguos “procesos físicos
automáticos entre las fibrillas nerviosas del [científico] cerebro” de Moleschott), y es
también muy probable que dependa de lo último que haya comido quien invente el
nombre, desde el momento en que, según el fundador del nuevo Esquema Hylo-
Idealista, “cerebración es genéricamente lo mismo que quilificación”552. ¡Así, si
hubiera de creerse en esta proposición descabellada, el nombre nuevo de la verdad
arcaica dependería de la inspiración del hígado del bautizante, y sólo entonces
tendrían estas verdades una posibilidad de convertirse en científicas!
Pero por desagradable que sea a las mayorías, generalmente ciegas, la VERDAD ha
tenido siempre sus campeones, dispuestos a morir por ella, y no son los ocultistas
quienes protestarán en contra de su adopción por la Ciencia bajo cualquier nombre
nuevo. Pero hasta que sean en absoluto impuestas al conocimiento y aceptación de
los hombres de ciencia, muchas verdades ocultas serán rechazadas, como lo han sido
los fenómenos de los espiritistas y otras manifestaciones psíquicas, para ser
finalmente apropiadas por sus ex detractores sin el menor reconocimiento y sin dar
las gracias.
El Nitrógeno ha tenido gran importancia para los conocimientos
químicos; pero a Paracelso, su descubridor, le llaman hoy “charlatán”. Cuán
profundamente ciertas son las palabras de H.T. Buckle, en su admirable History of
Civilization, cuando dice:
Debido a circunstancias todavía desconocidas [provisión Kármica], aparecen de tiempo
en tiempo grandes pensadores que, consagrando sus vidas a un propósito único, son
capaces de anticiparse a los progresos de la humanidad y de producir una religión o
filosofía, por medio de la cual se producen eventualmente efectos importantes.
Pero si
echamos una ojeada a la historia, claramente veremos que, aun cuando el origen de una
opinión nueva pueda ser debida así a un solo hombre, el resultado que la nueva opinión
produce dependerá de la condición de las gentes entre quienes se propague. Si se trata
de una religión o de una filosofía que esté muy por encima de una nación, no puede
prestarle ningún servicio contemporáneo; necesita su tiempo553
hasta que las
inteligencias se hallen maduras para su recepción… Cada ciencia, cada creencia ha tenido
sus mártires.
Según el curso ordinario de las cosas, algunas generaciones desaparecen, y
viene después en período en el cual estas verdades mismas se contemplas como hechos
vulgares, y poco después viene otro período durante el cuál, se las declara necesarias, y aun las inteligencias más obtusas se admiran de que puedan haber sido negadas alguna
vez 554.
Es muy posible que las mentes de las generaciones actuales no estén del todo
maduras para la recepción de las verdades ocultas. Tal será, quizás, la visión
retrospectiva, que contemplarán los pensadores avanzados de la Sexta Raza Raíz, de
la historia de la aceptación plena e incondicional de la Filosofía Esotérica. Mientras
tanto, las generaciones de nuestra Quinta Raza continuarán extraviadas por sus
prejuicios y preocupaciones. Las ciencias ocultas se encontrarán con el dedo del
desprecio que las señala, y todos procurarán ridiculizarlas y aplastarlas, en nombre y
para mayor gloria del Materialismo y de su llamada Ciencia. Estos volúmenes, sin
embargo, presentan como contestación anticipada a varias de las objeciones
científicas futuras, las posiciones respectivas y verdaderas del acusador y del
acusado. A teósofos y ocultistas les acusa la opinión pública, que mantiene todavía
izada la bandera de las ciencias inductivas. Estas últimas tienen, pues, que ser
examinadas; y debe mostrarse hasta qué punto sus adelantos y descubrimientos en el
reino de las leyes naturales se oponen, no tanto a lo que pretendemos como a los
hechos de la Naturaleza.
Ha sonado ya la hora de ver si los muros de la Jericó
moderna son tan inexpugnables, que ningún son de la trompeta ocultista puede
hacerlos derrumbar.
Debe examinarse cuidadosamente todo lo que se refiera a las llamadas “Fuerzas”
principalmente la Luz y la Electricidad, y la constitución del globo solar, así como
también las teorías referentes a la gravitación y a las nebulosas.
La naturaleza del
Éter y de otros elementos debe ser discutida, contrastando las enseñanzas científicas
con las ocultistas, y revelando al mismo tiempo algunos de los principios del
Ocultismo, hasta la fecha secretos.
Hará unos quince años, quien estas líneas escribe era la primera en repetir, como los
kabalistas, los sabios Preceptos del Catecismo Esotérico:
Cierra tu boca, no sea que hables de esto [el misterio], y tu corazón, no sea que pienses
en alta voz; y si tu corazón se te ha escapado, ponlo otra vez en su lugar, porque tal es el
objeto de nuestra alianza555.
Y también, de las Reglas de la Iniciación.
Éste es un secreto que da la muerte; cierra tu boca, no sea que lo reveles al vulgo;
comprime tu cerebro, no sea que algo se escape del mismo y vaya a los profanos.
Pocos años después, una punta del Velo de Isis tuvo que levantarse; y ahora se ha
hecho en él otro desgarrón mayor.
Pero los antiguos errores sancionados por el tiempo —esos que se hacen cada día
más claros y evidentes– permanecen formados en batalla lo mismo ahora que
entonces. Dirigidos por un conservadorismo ciego, por la vanidad y por las
preocupaciones, hállanse constantemente en acecho, dispuestos a estrangular a
cualquier verdad que, despertando de su largo sueño de siglos, reclame la admisión.
Tal ha sido el caso siempre, desde que el hombre se ha animalizado. Que esto, en
toda ocasión, da la muerte moral a los reveladores que manifiestan a la luz cualquiera
de estas antiguas, muy antiguas verdades, es tan cierto como que da la Vida y la
Regeneración a aquellos que se hallan dispuestos a aprovechar hasta lo poco que en
la actualidad se les revela.
BLAVATSKY
FIN DEL TOMO PRIMERO
_______________
535 Esta enseñanza no se refiere a Prakriti- Purusha más allá de los límites de nuestro pequeño universo.
536 El estado último de quiescencia; la condición Nirvánica del Séptimo Principio.
537 Toda esta enseñanza es dada desde nuestro plano de conciencia.
538 O sea el “sueño de la Ciencia” la materia primitiva realmente homogénea, que ningún mortal puede hacer objetiva en esta Raza ni en esta Ronda.
539 “Vishnu, en la forma de su energía activa, ni se levanta ni se pone, y es a un mismo tiempo el Sol séptuple y distinto de él” dice el Vishnu Purâna, II, XI. (Wilson, II, 296).
540 “Así como un hombre cuando se acerca a un espejo colocado sobre un soporte contempla en él su propia imagen, del mismo modo la energía (o reflexión) de Vishnu [el Sol], no se divide jamás, sino que permanece en el Sol (como en un espejo), que allí se halla estacionado”. (Ibíd. loc. cit.).
541 Compárese la “Naturaleza” hermética descendiendo cíclicamente a la materia cuando encuentra al “Hombre Celeste”.
542 Los autores de lo anterior conocían perfectamente bien la causa física de las mareas, de las olas, etc. En este punto se hace referencia al Espíritu que anima al cuerpo solar cósmico entero, y eso se significa cuando se hace uso de tales expresiones desde el punto de vista místico.
543 Five Years of Theosophy, págs. 110-111, art. “Los Doce Signos del Zodiaco”.
544 Véanse las Estancias III y IV y los Comentarios de las mismas, y especialmente los Comentarios a la Estancia IV, referentes a los Lipika y a los cuatro Mahârâjahs, los agentes del Karma.
545 Y los “Dioses” o Dhyânis también, no solamente los Genios o “Fuerzas dirigidas”.
546 La significación de esto es que, como el hombre se halla compuesto de todos los Grandes Elementos (Fuego, Aire, Agua, Tierra y Éter), los Elementales que pertenecen respectivamente a estos Elementos, se sienten atraídos al hombre en razón de su coesencia. El Elemento que predomina en una constitución dada, será el regulador al través de la vida. Por ejemplo: si en un hombre prepondera el Elemento terreno, gnómico, los Gnomos le conducirán hacia la asimilación de metales, monedas, riquezas, etc. “El hombre animal es el hijo de los elementos animales, de los cuales su Alma [Vida] ha nacido, y los animales son los espejos del hombre” –dice Paracelso. (De Fundamento Sapientiæ). Paracelso era prudente, y necesitaba que la Biblia coincidiera con todo cuanto decía, y por lo tanto, no lo decía todo.
547 Progresos cíclicos en desarrollo.
548 El Dios en el hombre, y con frecuencia la encarnación de un Dios, un Dhyân Chohan altamente espiritual en él, además de la presencia de su propio Séptimo Principio.
549 Ahora bien; ¿qué “Dios” es el que se pretende significar aquí? No Dios el “Padre” la ficción antropomórfica; pues ese Dios es la colectividad de los Elohim, y no posee existencia aparte de la Hueste. Además, un dios tal es finito e imperfecto. Los altos Iniciados y Adeptos son a quienes se hace referencia con aquellos “hombres pocos en número”. Y son precisamente estos hombres los que creen en “Dioses” y que no conocen más “Dios” que una Deidad Universal no relacionada ni condicionada.
550 The Virgin of the World, págs. 104-105, “The Definitions of Asclepios”
551 Pág. 120.
552 National Reformer, enero 9 de 1887. Artículo “Phreno-Kosmo-Biology”, por el Dr. Lewin.
553 Ésta es la ley Cíclica; pero esta ley misma es con frecuencia desafiada por la terquedad humana. 554 Vol. I, pág. 256. 555 Sepher Yetzirah.
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