sábado, 4 de mayo de 2019

LA DOCTRINA SECRETA - EXTRACTOS DE UN COMENTARIO PRIVADO, HASTA EL PRESENTE SECRETO



XVII. La Existencia Inicial en el primer Crepúsculo del Mahâmanvantara [después del Mahâpralaya que sigue a cada edad de Brahmâ] es una CUALIDAD ESPIRITUAL CONSCIENTE. En los mundos manifestados [Sistemas Solares] existe, en su Subjetividad Objetiva, a manera del velo de un Soplo Divino, ante la mirada del vidente extasiado. Se difunde en cuanto sale de Laya 536 al través del Infinito, como un fluido espiritual incoloro. Hállase en el Séptimo plano, y en su Séptimo Estado, en nuestro Mundo Planetario 537.

 XVIII. Es Substancia para NUESTRA visión espiritual. No puede ser llamada así por los hombres en su Estado de vigilia; y por lo tanto, en su ignorancia, la han denominado “Espíritu de Dios”.

 XIX. Existe en todas partes y forma el primer Upâdhi [Cimiento] sobre el cual nuestro Mundo [Sistema Solar] está construido. Fuera de este último, sólo puede encontrarse en su prístina pureza entre [los Sistemas Solares o] las Estrellas del Universo, los mundos ya formados o formándose; permaneciendo mientras tanto en su seno los que se hallan todavía en Laya. Como su substancia es de una especie diferente de la conocida en la Tierra, y las habitantes de esta última ven AL TRAVÉS DE ELLA, creen, en su ilusión e ignorancia, que es un espacio vacío. No existe ni el grueso de un dedo [angula] de Espacio vacío, en todo el Ilimitado [Universo]… 

XX. La Materia o Substancia es septenaria en nuestro mundo, como lo es más allá del mismo. Además, cada uno de sus estados o principios está graduado en siete rangos de densidad. Sûrya [el Sol], en su reflexión visible, exhibe el primero o estado más inferior del séptimo, el orden más elevado de la PRESENCIA Universal, lo puro de lo puro, el primer Hálito manifestado del Siempre Inmanifestado Sat [Seidad]. Todos los Soles centrales físicos u objetivos son en su substancia el estado más inferior del primer principio del Hálito. Ninguno de ellos es más que la Reflexión de sus Primarios, que están ocultos a las miradas de todos menos a las de los Dhyân Chohans, cuya substancia corpórea pertenece a la quinta división del séptimo principio de la Substancia Madre, y es, por lo tanto, cuatro grados más elevada que la substancia solar reflejada. Así como existen siete Dhâtu [substancias principales en el cuerpo humano], del mismo modo existen siete Fuerzas en el Hombre y en la Naturaleza entera. 

XXI. La esencia real del Oculto [Sol] es un núcleo de la Substancia Madre 538. Es el Corazón y la Matriz de todas las Fuerzas vivientes y existentes en nuestro Universo Solar. Es la Pepita desde la cual comienzan a desplegarse en sus jornadas cíclicas todos los Poderes que ponen en acción a los Átomos; en sus deberes funcionales, y el Foco dentro del cual se reúnen de nuevo en su Séptima Esencia cada undécimo año. Aquel que te diga que ha visto al Sol, ríete de él 539, como si hubiese dicho que el Sol se mueve realmente en su curso diurno … 

XXIII. En razón de su naturaleza septenaria, hablan los antiguos del Sol como del que es arrastrado por siete caballos iguales a los metros de los Vedas; o también que, aun cuando se le identifica con los siete Gana [Clases de Seres] en su orbe, es distinto de ellos 540, como lo es en verdad; así como también que tiene Siete Rayos, como los tiene verdaderamente … 

XXV. Los Siete Seres que están en el Sol, son los Siete Santos, nacidos por sí mismos del poder inherente en la Matriz de la Substancia Madre. Ellos son quienes envían las siete Fuerzas principales, llamadas Rayos, que al principio del Pralaya se concentrarán en siete nuevos Soles para el próximo Manvantara. La energía, de la cual ellos surgen a la existencia consciente en cada Sol, es lo que algunos llaman Vishnu, que es el Aliento de lo ABSOLUTO. Nosotros le llamamos la Vida única Manifestada –en sí una reflexión del Absoluto… 

XXVII. A este último jamás se le debe mencionar en palabras o discursos, NO SEA QUE ARREBATE ALGUNAS DE NUESTRAS ENERGÍAS ESPIRITUALES, que aspiran hacia su estado, gravitando siempre espiritualmente de modo progresivo hacia ELLO, como gravita, cósmicamente, todo el universo físico hacia su centro manifestado. 

XXVIII. La primera (la Existencia Inicial), que puede denominarse, durante este estado de existencia, la VIDA UNA, es, según se ha explicado, un velo para propósitos creativos o formativos. 
Se manifiesta en siete estados, los cuales, con sus subdivisiones septenarias, constituyen los Cuarenta y Nueve Fuegos mencionados en los libros sagrados. 

XXIX. El primero es la… “Madre” [MATERIA Prima]. Separándose por sí en sus siete estados primarios, procede cíclicamente hacia abajo; cuando s e consolida en su ÚLTIMO principio como MATERIA DENSA541 gira en torno de sí misma, y anima con la séptima emanación del último, al elemento primero y más inferior [la serpiente mordiéndose su propia cola]. En una Jerarquía, u Orden de Existencia, la séptima emanación de su último principio, es: 

(a) En el Mineral, la Chispa que en él se halla latente, y es llamada a su vida transitoria por lo Positivo despertando a lo Negativo [y así sucesivamente] … 

(b) En la Planta, es aquella Fuerza vital e inteligente que anima a la semilla y la desenvuelve en la hoja de hierba, o la raíz y al renuevo. Es el germen que se convierte en el Upâdhi de los siete principios del ser en que reside, lanzándolos al exterior a medida que el último crece y se desarrolla. 

(c) En todos los Animales, hace lo, mismo. Es su Principio de Vida y su poder vital; su instinto y cualidades; sus características e idiosincrasias especiales… 

(d) Al Hombre, le da todo cuanto concede a las demás unidades manifestadas en la Naturaleza; pero desarrolla además en él, la reflexión de todos sus “Cuarenta y nueve Fuegos”. Cada uno de sus siete principios es un heredero universal y un partícipe de los siete principios de la “Gran Madre”. El hálito de su primer principio es su Espíritu [Âtmâ]. Su segundo principio es Buddhi [Alma]. Nosotros le llamamos, erróneamente, el séptimo. El tercero le provee de la Materia Cerebral en el plano físico y de la Mente que la mueve [que es el Alma Humana –H.P.B]– según sus capacidades orgánicas. 

(e) Es la Fuerza directora de los Elementos cósmicos y terrestres. Reside en el Fuego sacado de su estado latente a la existencia activa; pues la totalidad de las siete subdivisiones del… principio, reside en el Fuego terrestre. Gira en la brisa, sopla con el huracán y pone al aire en movimiento, el cual elemento participa también de uno de sus principios. Procediendo cíclicamente, regula el movimiento del agua, atrae y repele a las olas 542 de acuerdo con leyes fijas de las cuales su séptimo principio es el alma animadora. 

(f) Sus cuatro principios superiores contienen el Germen que s e desarrolla convirtiéndose en los Dioses Cósmicos; sus tres inferiores producen las Vidas de los Elementos [Elementales] 

(g) En nuestro Mundo Solar, la Existencia Una es los Cielos y la Tierra, la Raíz y la Flor, la Acción y el Pensamiento. Está en el Sol, y está del mismo modo presente en la luciérnaga. Ni un átomo puede escapar a la misma. Por lo tanto, los antiguos Sabios la han llamado, acertadamente, el Dios manifestado en la Naturaleza. 

Puede ser interesante en relación con esto, recordar al lector lo que dice T. Subba- Row acerca de las referidas Fuerzas, definidas místicamente: Kanyâ [el sexto signo del Zodiaco, o Virgo] significa una virgen y representa a Shakti o Mahâmâyâ. El signo en cuestión es el sexto Râshi o división, e indica que existen seis fuerzas primarias en la Naturaleza [sintetizadas por la Séptima]… Estas Shakti son como sigue: 

1º Parâshaki. – Literalmente la fuerza o poder grande o supremo. Significa e incluye los poderes de la luz y del calor. 

2º Jnânashakti. – Literalmente el poder de la inteligencia, de la sabiduría o conocimiento verdadero. Tiene dos aspectos: 

I. Lo que sigue son algunas de sus manifestaciones, cuando está colocado bajo la influencia o el dominio de condiciones materiales: 

a) el poder de la mente para interpretar nuestras sensaciones:
b) su poder para recordar ideas pasadas (memoria), y para originar expectaciones futuras; 
c) su poder tal como se exhibe en lo que llaman los psicólogos modernos “las leyes de asociación”, que le permite formar relaciones persistentes entre varios grupos de sensaciones y de posibilidades de sensaciones, generando así la noción o idea de un objeto externo; 
d) su poder para relacionar nuestras ideas por medio del lazo misterioso de la memoria, generando así la noción del yo o individualidad. 

II. Las siguientes son algunas de sus manifestaciones cuando se libertan de los lazos de la materia. 

a) Clarividencia; 
b) Psicometría. 

3º Ichchhâshakti – Literalmente el poder de la voluntad. Su manifestación más ordinaria es la generación de ciertas corrientes nerviosas, que ponen en movimiento los músculos que se requieren para llevar a efecto el fin deseado. 

4º Kriyâshakti. – El poder misterioso del pensamiento que le permite producir resultados externos, perceptibles, fenomenales, gracias a su propia energía inherente. Sostenían los antiguos que cualquier idea se manifestará al exterior, si la atención de uno se halla profundamente concentrada sobre ella. Del mismo modo una volición intensa será seguida por el resultado apetecido. 

Un Yogui generalmente verifica sus maravillas por medio de Ichchhâshakti y de Kriyâshakti. 

5ª Kundalini Shakti. – El poder o fuerza que se mueve en forma serpentina o en curvas. 
Es el Principio Universal de vida, manifestándose en todas partes en la Naturaleza. Esta fuerza incluye las dos grandes fuerzas de atracción y de repulsión. La electricidad y el magnetismo son tan sólo manifestaciones de la misma. Éste es el poder que lleva a efecto aquella “continuidad continua de las relaciones internas con las relaciones externas”, que es la esencia de la vida según Herbert Spencer, y “la conformídad continua de las relaciones externas con las relaciones internas”, que es el fundamento de la transmigración de las almas, Punarjanman (Renacimiento), en las doctrinas de los filósofos indos. Un Yogui debe subyugar por completo este poder o fuerza, antes de que pueda alcanzar Moksha. 

6ª Mantrikâzakti. – Literalmente la fuerza o poder de las letras, el lenguaje o la música. Todo el antiguo Mantra Shâstra se ocupa, corno asunto, de esta fuerza en todas sus manifestaciones… La influencia de su música es una de sus manifestaciones ordinarias. El poder maravilloso del nombre inefable es la corona de esta Shakti. La ciencia moderna ha investigado tan sólo en parte la primera, segunda y quinta de las fuerzas anteriormente citadas; pero se halla por completo en la obscuridad en lo referente a los poderes restantes. Las seis fuerzas son representadas en su unidad por la Luz Astral. [Daiviprakriti, la Séptima, la luz del Logos]543. 

Citase lo anterior para hacer ver las verdaderas ideas indas acerca del asunto. Todo ello es esotérico si bien no comprende ni la décima parte de lo que podría decirse. Por ejemplo los seis nombres de las seis fuerzas mencionadas son los de las seis Jerarquías de Dhyân Chohans, sintetizadas por su Primaria, la séptima, que personifica al Quinto Principio de la Naturaleza Cósmica, o la “Madre” en su sentido místico. La enumeración tan sólo de los Poderes del Yoga exigiría diez volúmenes. Cada una de estas Fuerzas posee a su cabeza una Consciente Entidad viviente, de la cual es una emanación. Pero comparemos las palabras de Hermes, el Tres Veces Grande, con el Comentario citado antes: La creación de la vida por el sol es tan continua como su luz; nada la detiene ni la limita. En torno de él, a manera de un ejército de satélites, existen innumerables coros de Genios. Éstos residen en la vecindad de los Inmortales, y desde allí velan sobre los asuntos humanos. 

Ellos cumplen la voluntad de los Dioses [Karma], por medio de temporales, calamidades, transiciones de fuego y terremotos, igualmente por medio de hambres y guerras, para el castigo de la impiedad…544. El sol es quien conserva y alimenta a todas las criaturas; y así como el Mundo Ideal que rodea al mundo sensible llena a este último con la plenitud y variedad universal de las formas, del mismo modo el sol, comprendiéndolo todo en su luz, lleva a efecto en todas partes el nacimiento y el desarrollo, de las criaturas… “Bajo sus órdenes se halla el coro de los Genios, o más bien los coros, pues allí hay muchas y diversos, y su número corresponde al de las estrellas. Cada estrella posee sus Genios, buenos y malos por naturaleza, o más bien por su acción; pues la acción es la esencia de los Genios…” Todos estos Genios presiden sobre los asuntos mundanos 545; ellos sacuden y derriban la constitución de los estados y de los individuos; ellos imprimen, su parecido en nuestras almas, ellos están presentes en nuestros nervios, en nuestra médula, en nuestras venas, en nuestras arterias y en nuestra misma substancia cerebral… 

En el momento en que uno de nosotros recibe vida y ser, queda a cargo de los Genios [Elementales] que presiden sobre los nacimientos546, y que se hallan clasificados bajo los poderes astrales [Espíritus astrales sobrehumanos]. Ellos cambian perpetuamente no siempre de un modo idéntico, sino girando en círculos547. Ellos impregnan, por medio del cuerpo, dos porciones del Alma, para que pueda recibir de cada una la impresión de su propia energía. Pero la parte racional del Alma no se halla sujeta a los Genios; hállase designada para la recepción de [el] Dios548, que la ilumina con un rayo de sol. Los iluminados así son pocos en número, y los Genios se abstienen de ellos; pues ni los Genios ni los Dioses poseen poder ninguno en presencia de un solo rayo de Dios549. Pero todos los demás hombres, tanto en cuerpo como en alma, son dirigidos por Genios a quienes se adhieren, y a cuyas acciones afectan… 

Los Genios poseen, pues, el dominio de las cosas mundanas, y nuestros cuerpos les sirven de instrumentos550. Lo anterior, salvo algunos puntos sectarios, representa lo que fue creencia universal común a todas las naciones, hasta hace un siglo poco más o menos. Es todavía igualmente ortodoxo en sus líneas y rasgos generales tanto entre los paganos como entre los cristianos, a excepción de unos pocos materialistas y hombres de ciencia. Pues ya se llame a los genios de Hermes y a sus “Dioses” “Poderes de las Tinieblas” y “Ángeles”, como en las Iglesias griega y latina; o “Espíritus de los Muertos”, como en el Espiritismo; o Bhûts, Devas, Shaitan y Djin, como , son todavía llamados en la India y en los países musulmanes –todos ellos son una y la misma cosa– ILUSIÓN. 

Sin embargo, no quisiéramos que lo dicho se comprendiese erróneamente, en el sentido en que la gran doctrina filosófica de los vedantinos ha sido últimamente alterada por escuelas occidentales. Todo cuanto es, emana de lo ABSOLUTO, que, por razón de esta calificación tan sólo, permanece como única realidad; de aquí que cada una de las cosas extrañas a este Absoluto, el Elemento causativo y generador, debe ser una ilusión sin género alguno de duda. Pero esto es así sólo desde el punto de vista puramente metafísico. Un hombre que se considera sano mentalmente, y que por tal es tenido por los demás, llama asimismo desvaríos e ilusiones a las visiones de un hermano loco (alucinaciones que pueden, hacer a la víctima muy feliz o en extremo desgraciada, según el caso). Pero, ¿dónde se halla el loco para quien las sombras horribles de su trastornada mente, sus ilusiones, no sean para él entonces tan efectivas y reales como las cosas que puedan ver su médico o su enfermero? Todo es relativo en este Universo; todo es ilusión. 

Pero la experiencia de cualquier plano es efectiva para el ser que percibe, y cuya conciencia pertenece a aquel estado; a pesar de que dicha experiencia, mirada desde un punto de vista puramente metafísico, puede considerarse que no tiene ninguna realidad objetiva. Pero no es contra los metafísicos, sino contra los físicos y materialistas, contra quienes la enseñanza Esotérica tiene que combatir; y para estos últimos, la Fuerza Vital, la Luz, el Sonido, la Electricidad y aun la fuerza tan objetivamente marcada del Magnetismo, no poseen existencia alguna objetiva, y se dice que existen únicamente como “modos de movimiento”, “sensaciones y afecciones de la materia”. 

Ni los ocultistas en general, ni los teósofos, desechan, como creen algunos erróneamente, las opiniones y teorías de los sabios modernos, sólo o porque sus opiniones estén en oposición con la Teosofía. La primera regla de nuestra Sociedad es dar al César lo que es del César. Los teósofos, por lo tanto, son los primeros en reconocer el valor intrínseco de la Ciencia. Pero cuando sus sumos sacerdotes resuelven la conciencia en una secreción de la materia gris del cerebro, y cada una de las cosas que en la Naturaleza existen en un modo de movimiento, protestamos contra la doctrina por antifilosófica, contradictoria en sí misma, y sencillamente absurda, mirada desde un punto de vista científico, tanto y aun más que desde el aspecto oculto del saber esotérico. Porque a la verdad la Luz Astral de los tan ridiculizados kabalistas, posee secretos extraños y misteriosos para quien puede ver en ella; y los misterios ocultos en lo interior de sus ondas incesantemente perturbadas, allí permanecen, a pesar de la colectividad entera de materialistas y de burlones. 

La Luz Astral de los kabalistas es muy inexactamente traducida por algunos como “Éter”; confundiendo al último con el Éter hipotético de la Ciencia; y a ambos hacen referencia algunos teósofos, presentándolos como sinónimos de Âkâsha. Esto es un gran error. El autor de A Rational Refutation escribe lo siguiente, auxiliando así inconscientemente al Ocultismo: Un rayo característico del Âkâsha servirá para demostrar cuán erróneamente es representado por el “éter”. En dimensión es… infinito; no se halla constituido de partes; y el color, el sabor, el olor y la tangibilidad no le pertenecen. Hasta este punto corresponde exactamente al tiempo, al espacio, a Ishvara [el “Señor” pero más bien la Potencia creadora y el alma– Anima mundi], al alma. Su especialidad comparada con la anterior, consiste en ser la causa material del sonido. 

A no ser por esto, podría considerarse como la vacuidad551. Es vacuidad, sin duda alguna, especialmente para los racionalistas. De todos modos, el Âkâsha, es seguro que produce la vacuidad en el cerebro de un materialista. Sin embargo, aunque el Âkâsha no es el Éter de la Ciencia (ni siquiera el Éter del ocultista, que lo define sólo corno uno de los principios del Âkâsha), es ciertamente, junto con su primario, la causa del sonido; causa psíquica y espiritual, de ningún modo causa material. Las relaciones del Éter al Âkâsha pueden ser definidas aplicando a ambos, Âkâsha y Éter, las palabras usuales del Dios en los Vedas: “Así él mismo era a la verdad (su propio) hijo”; el uno siendo la producción del otro, y sin embargo, el mismo. 

Puede ser esto un difícil enigma para el profano, pero muy fácil le comprender para cualquier indo, aunque no sea místico. Estos secretos de la Luz Astral, juntamente con muchos otros misterios, permanecerán como no existentes para los materialistas de nuestros tiempos, del mismo modo que América era un mito sin realidad para los europeos durante los primeros tiempos de la Edad Media, a pesar de que escandinavos y noruegos habían llegado a aquel antiquísimo “Nuevo Mundo”, hacía varios siglos, y se habían establecido. Pero, así como nadó un Colón para redescubrir y para obligar al Antiguo Mundo a que creyese en los países de los antípodas, del mismo modo nacerán sabios que descubrirán las maravillas que hoy pretenden los ocultistas que existen en las regiones del Éter, con sus varios y multiformes habitantes y Entidades conscientes. 

 Entonces, nolens volens, la Ciencia tendrá que aceptar la antigua como lo ha hecho con varias otras. Y una vez se haya visto forzada a aceptarla, sus sabios profesores, según toda probabilidad –a juzgar por la experiencia pasada, como en el caso del Mesmerismo y Magnetismo, ahora rebautizado como Hipnotismo–, apadrinarán la cosa y rechazarán el nombre. La elección del nombre nuevo dependerá, a su vez, de los “modos de movimiento” (el nuevo nombre de los muy antiguos “procesos físicos automáticos entre las fibrillas nerviosas del [científico] cerebro” de Moleschott), y es también muy probable que dependa de lo último que haya comido quien invente el nombre, desde el momento en que, según el fundador del nuevo Esquema Hylo- Idealista, “cerebración es genéricamente lo mismo que quilificación”552. ¡Así, si hubiera de creerse en esta proposición descabellada, el nombre nuevo de la verdad arcaica dependería de la inspiración del hígado del bautizante, y sólo entonces tendrían estas verdades una posibilidad de convertirse en científicas! Pero por desagradable que sea a las mayorías, generalmente ciegas, la VERDAD ha tenido siempre sus campeones, dispuestos a morir por ella, y no son los ocultistas quienes protestarán en contra de su adopción por la Ciencia bajo cualquier nombre nuevo. Pero hasta que sean en absoluto impuestas al conocimiento y aceptación de los hombres de ciencia, muchas verdades ocultas serán rechazadas, como lo han sido los fenómenos de los espiritistas y otras manifestaciones psíquicas, para ser finalmente apropiadas por sus ex detractores sin el menor reconocimiento y sin dar las gracias. 

El Nitrógeno ha tenido gran importancia para los conocimientos químicos; pero a Paracelso, su descubridor, le llaman hoy “charlatán”. Cuán profundamente ciertas son las palabras de H.T. Buckle, en su admirable History of Civilization, cuando dice: Debido a circunstancias todavía desconocidas [provisión Kármica], aparecen de tiempo en tiempo grandes pensadores que, consagrando sus vidas a un propósito único, son capaces de anticiparse a los progresos de la humanidad y de producir una religión o filosofía, por medio de la cual se producen eventualmente efectos importantes. 
Pero si echamos una ojeada a la historia, claramente veremos que, aun cuando el origen de una opinión nueva pueda ser debida así a un solo hombre, el resultado que la nueva opinión produce dependerá de la condición de las gentes entre quienes se propague. Si se trata de una religión o de una filosofía que esté muy por encima de una nación, no puede prestarle ningún servicio contemporáneo; necesita su tiempo553 hasta que las inteligencias se hallen maduras para su recepción… Cada ciencia, cada creencia ha tenido sus mártires. 

Según el curso ordinario de las cosas, algunas generaciones desaparecen, y viene después en período en el cual estas verdades mismas se contemplas como hechos vulgares, y poco después viene otro período durante el cuál, se las declara necesarias, y aun las inteligencias más obtusas se admiran de que puedan haber sido negadas alguna vez 554. Es muy posible que las mentes de las generaciones actuales no estén del todo maduras para la recepción de las verdades ocultas. Tal será, quizás, la visión retrospectiva, que contemplarán los pensadores avanzados de la Sexta Raza Raíz, de la historia de la aceptación plena e incondicional de la Filosofía Esotérica. Mientras tanto, las generaciones de nuestra Quinta Raza continuarán extraviadas por sus prejuicios y preocupaciones. Las ciencias ocultas se encontrarán con el dedo del desprecio que las señala, y todos procurarán ridiculizarlas y aplastarlas, en nombre y para mayor gloria del Materialismo y de su llamada Ciencia. Estos volúmenes, sin embargo, presentan como contestación anticipada a varias de las objeciones científicas futuras, las posiciones respectivas y verdaderas del acusador y del acusado. A teósofos y ocultistas les acusa la opinión pública, que mantiene todavía izada la bandera de las ciencias inductivas. Estas últimas tienen, pues, que ser examinadas; y debe mostrarse hasta qué punto sus adelantos y descubrimientos en el reino de las leyes naturales se oponen, no tanto a lo que pretendemos como a los hechos de la Naturaleza. 

Ha sonado ya la hora de ver si los muros de la Jericó moderna son tan inexpugnables, que ningún son de la trompeta ocultista puede hacerlos derrumbar. Debe examinarse cuidadosamente todo lo que se refiera a las llamadas “Fuerzas” principalmente la Luz y la Electricidad, y la constitución del globo solar, así como también las teorías referentes a la gravitación y a las nebulosas. 
La naturaleza del Éter y de otros elementos debe ser discutida, contrastando las enseñanzas científicas con las ocultistas, y revelando al mismo tiempo algunos de los principios del Ocultismo, hasta la fecha secretos. Hará unos quince años, quien estas líneas escribe era la primera en repetir, como los kabalistas, los sabios Preceptos del Catecismo Esotérico: Cierra tu boca, no sea que hables de esto [el misterio], y tu corazón, no sea que pienses en alta voz; y si tu corazón se te ha escapado, ponlo otra vez en su lugar, porque tal es el objeto de nuestra alianza555. Y también, de las Reglas de la Iniciación. 

Éste es un secreto que da la muerte; cierra tu boca, no sea que lo reveles al vulgo; comprime tu cerebro, no sea que algo se escape del mismo y vaya a los profanos. Pocos años después, una punta del Velo de Isis tuvo que levantarse; y ahora se ha hecho en él otro desgarrón mayor. Pero los antiguos errores sancionados por el tiempo —esos que se hacen cada día más claros y evidentes– permanecen formados en batalla lo mismo ahora que entonces. Dirigidos por un conservadorismo ciego, por la vanidad y por las preocupaciones, hállanse constantemente en acecho, dispuestos a estrangular a cualquier verdad que, despertando de su largo sueño de siglos, reclame la admisión. 
Tal ha sido el caso siempre, desde que el hombre se ha animalizado. Que esto, en toda ocasión, da la muerte moral a los reveladores que manifiestan a la luz cualquiera de estas antiguas, muy antiguas verdades, es tan cierto como que da la Vida y la Regeneración a aquellos que se hallan dispuestos a aprovechar hasta lo poco que en la actualidad se les revela. 

  BLAVATSKY

 FIN DEL TOMO PRIMERO

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535 Esta enseñanza no se refiere a Prakriti- Purusha más allá de los límites de nuestro pequeño universo.
536 El estado último de quiescencia; la condición Nirvánica del Séptimo Principio.
537 Toda esta enseñanza es dada desde nuestro plano de conciencia.
538 O sea el “sueño de la Ciencia” la materia primitiva realmente homogénea, que ningún mortal puede hacer objetiva en esta Raza ni en esta Ronda.
539 “Vishnu, en la forma de su energía activa, ni se levanta ni se pone, y es a un mismo tiempo el Sol séptuple y distinto de él” dice el Vishnu Purâna, II, XI. (Wilson, II, 296).
540 “Así como un hombre cuando se acerca a un espejo colocado sobre un soporte contempla en él su propia imagen, del mismo modo la energía (o reflexión) de Vishnu [el Sol], no se divide jamás, sino que permanece en el Sol (como en un espejo), que allí se halla estacionado”. (Ibíd. loc. cit.).
541 Compárese la “Naturaleza” hermética descendiendo cíclicamente a la materia cuando encuentra al “Hombre Celeste”.
542 Los autores de lo anterior conocían perfectamente bien la causa física de las mareas, de las olas, etc. En este punto se hace referencia al Espíritu que anima al cuerpo solar cósmico entero, y eso se significa cuando se hace uso de tales expresiones desde el punto de vista místico.
543 Five Years of Theosophy, págs. 110-111, art. “Los Doce Signos del Zodiaco”.
544 Véanse las Estancias III y IV y los Comentarios de las mismas, y especialmente los Comentarios a la Estancia IV, referentes a los Lipika y a los cuatro Mahârâjahs, los agentes del Karma.
545 Y los “Dioses” o Dhyânis también, no solamente los Genios o “Fuerzas dirigidas”.
546 La significación de esto es que, como el hombre se halla compuesto de todos los Grandes Elementos (Fuego, Aire, Agua, Tierra y Éter), los Elementales que pertenecen respectivamente a estos Elementos, se sienten atraídos al hombre en razón de su coesencia. El Elemento que predomina en una constitución dada, será el regulador al través de la vida. Por ejemplo: si en un hombre prepondera el Elemento terreno, gnómico, los Gnomos le conducirán hacia la asimilación de metales, monedas, riquezas, etc. “El hombre animal es el hijo de los elementos animales, de los cuales su Alma [Vida] ha nacido, y los animales son los espejos del hombre” –dice Paracelso. (De Fundamento Sapientiæ). Paracelso era prudente, y necesitaba que la Biblia coincidiera con todo cuanto decía, y por lo tanto, no lo decía todo.
547 Progresos cíclicos en desarrollo.
548 El Dios en el hombre, y con frecuencia la encarnación de un Dios, un Dhyân Chohan altamente espiritual en él, además de la presencia de su propio Séptimo Principio.
549 Ahora bien; ¿qué “Dios” es el que se pretende significar aquí? No Dios el “Padre” la ficción antropomórfica; pues ese Dios es la colectividad de los Elohim, y no posee existencia aparte de la Hueste. Además, un dios tal es finito e imperfecto. Los altos Iniciados y Adeptos son a quienes se hace referencia con aquellos “hombres pocos en número”. Y son precisamente estos hombres los que creen en “Dioses” y que no conocen más “Dios” que una Deidad Universal no relacionada ni condicionada.
550 The Virgin of the World, págs. 104-105, “The Definitions of Asclepios”
551 Pág. 120.
552 National Reformer, enero 9 de 1887. Artículo “Phreno-Kosmo-Biology”, por el Dr. Lewin.
553 Ésta es la ley Cíclica; pero esta ley misma es con frecuencia desafiada por la terquedad humana. 554 Vol. I, pág. 256. 555 Sepher Yetzirah.

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