viernes, 28 de agosto de 2015

Origen y evolución de los mamíferos: La ciencia y la Filogénesis Esotérica


         


 Habiendo tratado  casi exclusivamente la cuestión del origen del hombre en la precedente crítica del Evolucionismo occidental, no estará de más el definir la posición de los ocultistas respecto de la diferenciación de las especies. La fauna y flora prehumanas han sido ya tratadas de un modo general en los comentarios sobre las Estancias, habiéndose admitido la verdad de muchas especulaciones biológicas modernas, verbigracia, la derivación de las aves de los reptiles, la verdad parcial de la “selección natural”, y en general de la teoría de la transformación. Falta ahora por aclarar el misterio del origen de aquellas primeras faunas mamíferas, que M. de Quatrefages trata tan brillantemente de probar que son contemporáneas del Homo primigenius de la Edad Secundaria.
           

El problema, algún tanto complicado, que se relaciona con el “Origen de las Especies” -y más especialmente de los diversos grupos de faunas mamíferas fósiles o existentes- se puede aclarar algún tanto con la ayuda de un diagrama. Entonces se verá hasta qué punto los “factores de la evolución orgánica”, en que se apoyan los biólogos occidentales, pueden considerarse adecuados para hacer frente a los hechos. La línea de demarcación entre la evolución etéreoespiritual y la astral y física hay que trazarla. Quizá, si los darwinistas se dignasen considerar la posibilidad del segundo proceso, no tendrían que lamentar por más tiempo el hecho de que:
             Nos vemos completamente reducidos a conjeturas y deducciones respecto del origen de los mamíferos.
             En el presente, el vacío admitido entre los sistemas de reproducción de los vertebrados ovíparos y de los mamíferos constituye una dificultad desesperante para los pensadores que, como los Evolucionistas, tratan de enlazar todas las formas orgánicas en una línea continua de descendencia.
            Tomemos por ejemplo, el caso de los mamíferos ungulados, puesto que se dice que en ninguna otra división poseemos un material fósil tan abundante. Se han hecho tantos progresos en esta dirección, que en algunos casos se han desenterrado eslabones intermedios entre los ungulados modernos y los eocenos; siendo un ejemplar notable el que proporcionó la prueba completa de la derivación del actual caballo de un solo casco, del anchitherium de tres cascos del remoto Terciario. Este módulo de comparación entre la Biología Occidental y la Doctrina Secreta no podía, por tanto, ser mejor. La genealogía que aquí presentamos como encarnando las opiniones de los hombres científicos en general, es la de Schmidt, basada en las investigaciones minuciosas de Rütimeyer. Su exactitud aproximada, desde el punto de vista del evolucionismo, deja poco que desear:






Uno de los Siete

            Tipos-Raíces primarios físicoastrales y bisexuales del reino animal mamífero. Estos fueron
              contemporáneos de las primeras razas lemuras-  ”LAS RAÍCES DESCONOCIDAS” de la
                         Ciencia.


            El diagrama del profesor Schmidt representa el reino explorado por los Evolucionistas occidentales, el área en que están presentes las influencias climáticas, la “selección natural” y todas las demás causas físicas de la diferenciación orgánica. La Biología y la Paleontología se encuentran aquí en su terreno al investigar los muchos agentes físicos que en tan gran parte contribuyen, como lo han demostrado Darwin, Spencer y otros, a la segregación de las especies. Pero aun en este dominio los trabajos subconscientes de la sabiduría Dhyân-Chohánica se encuentran en el fondo de todo “incesante esfuerzo hacia la perfección”, aunque su influencia esté muy modificada por esas causas puramente materiales, que De Quatrefages denomina el “milieu”, y Spencer el “medio ambiente”.
            
El “punto medio de la evolución” es aquel grado en que los prototipos astrales principian definidamente a pasar a lo físico, y llegan a quedar así sujetos a los agentes diferenciadores que ahora operan a nuestro alrededor. La causación física sobreviene inmediatamente al revestimiento de los “vestidos de piel” -o sea al equipo fisiológico en general. Las formas de los hombres y de otros mamíferos anteriores a la separación de los sexos  son entretejidas de materia etérea, y poseen una estructura completamente distinta a la de los organismos físicos que comen, beben, digieren, etc. Los conocidos recursos fisiológicos necesarios para estas funciones fueron evolucionados casi por completo después de la materialización incipiente de los siete Tipos-Raíces de lo astral, durante la “parada en el punto medio” entre los dos estados de existencia. Apenas había sido dibujado en estos tipos antecesores el “plano de proyección” de la evolución, cuando sobrevino la influencia de las leyes terrestres accesorias, que nos son familiares, produciendo la totalidad de las especies mamíferas. Evos de lenta diferenciación se necesitaron, sin embargo, para llevar a efecto este fin.
            
El segundo diagrama representa el dominio de los prototipos puramente etéreos antes de su descenso en la materia grosera. La materia etérea, debe observarse, es el cuarto estado de la materia, que tiene, como nuestra materia grosera, su “protilo” propio. Hay varios protilos en la Naturaleza, correspondientes a los diversos planos de la materia. Los dos reinos elementales suprafísicos, el plano de la mente, Manas, o quinto estado de la materia, así como también el de Buddhi, sexto estado de la materia, se han desenvuelto todos de uno de los seis protilos que constituyen la base del Universo-Objeto. Los llamados tres “estados”  de nuestra materia terrestre, conocidos como “sólido”, “líquido” y “gaseoso”, son tan sólo, en estricta verdad, sub-estados. En cuanto a la primera realidad del descenso en lo físico que culminó en el hombre y en el animal fisiológico, tenemos una prueba palpable en el hecho de las llamadas “materializaciones” espiritistas.
             
En todos estos ejemplos tiene lugar una completa inmersión temporal de lo astral en lo físico. La evolución del hombre fisiológico desde las razas etéreas del primer período de la edad Lemuria -el período Jurásico de la Geología- es exactamente el paralelo de la “materialización” de los “espíritus” (?) en las sesiones espiritistas. en el caso de la “Katie King” del profesor Crookes, ¡se demostró de modo indubitable la presencia de un mecanismo fisiológico: corazón, pulmones, etc.!
            Tal es, en cierto modo, el Arquetipo de Goethe. He aquí sus palabras:

            Esto habríamos ganado... todos los nueve seres orgánicos perfectos... (son) formados con arreglo a un arquetipo que fluctúa meramente más o menos en sus mismas partes persistentes, y que, además, se completa y transforma día por día mediante la reproducción.

            Éste es un pronóstico bastante imperfecto del hecho oculto de la diferenciación de las especies desde los Tipos-Raíces astrales primarios. Sea lo qaue quiera lo que todo el posses comitatus de la “selección natural”, etc., pueda efectuar, la unidad fundamental del plan de estructura, permanece prácticamente inalterada por todas las modificaciones subsiguientes. La “unidad de tipo” común, en un sentido, a todo el reino animal y humano, no es, como Spencer y otros parecen sostener, una prueba de la consanguinidad de todas las formas orgánicas, sino un testimonio de la unidad esencial del “plano de proyección” que la Naturaleza ha seguido en la formación de sus criaturas.
           
  Para resumir el caso, podemos también utilizar un cuadro de los factores verdaderos que intervienen en la diferenciación de las especies. Las etapas del proceso en sí no necesitan aquí de más comentarios, pues siguen los principios fundamentales subyacentes en el fondo del desarrollo orgánico, y no necesitamos entrar en el dominio del biólogo especialista.




  

 

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