24. Los Creadores superiores rechazan, en su orgullo, las Formas
desarrolladas por los
“Hijos de Yoga”. 25. No
quieren encarnar en los primeros nacidos del huevo. 26.
Eligen ellos a los últimos
Andróginos. 27. El primer hiombre dotado de mente.
24 LOS HIJOS DE LA SABIDURÍA, LOS HIJOs DE LA
NOCHE, PRONTOS PARA RENACER, DESCENDIERON. VIERON ELLOS LAS FORMAS
VILES DE LA PRIMERA TERCERA (a). “PODEMOS ELEGIR” DIJERON LOS
SEÑORES; “POSEEMOS LA SABIDURÍA”.
ALGUNOS ENTRARON EN LOS CHHÂYÂS.
OTROS PROYECTARON UNA CHISPA OTROS LO DIFIRIERON HASTA LA CUARTA (4).
DE SU PROPIO RÛPA LLENARON EL KÂMA. LOS QUE EMPEZARON SE
CONVIRTIERON EN ARHATS. LOS QUE SOLO RECIBIERON UNA CHISPA PERMANECIERON
DESTITUIDOS DEL CONOCIMIENTO; LA CHISPA ARDÍA DÉBILMENTE (b). UN
TERCIO PERMANECIÓ SIN MENTE. SUS JÎVAS NO ESTABAN DISPUESTOS. ESTOS
FUERON PUESTOS APARTE ENTRE LAS SIETE. SE VOLVIERON ELLOS DE CABEZA
ESTRECHA. EN UN TERCIO ESTUVIERON PREPARADOS. “EN ESTOS MORAREMOS”,
DIJERON LOS SEÑORES DE LA LLAMA Y DE LA SABIDURÍA SECRETA (c).
Esta Estancia
contiene en sí misma toda la clave de los misterios del mal, la llamada caída
de los Ángeles, y los numerosos problemas que han atormentado el cerebro de los
filósofos, desde el tiempo en que principió a funcionar la razón humana.
Resuelve ella el secreto de las desigualdades subsiguientes de capacidad
intelectual, del nacimiento o posición social; y da una explicación lógica del
curso Kármico, incomprensible a través de todos los evos que se han sucedido.
Ahora intentaremos las mejores explicaciones posibles, dadas las dificultades
que ofrece el asunto.
a)
Hasta la Cuarta Ronda, y aún hasta la última parte de la Tercera Raza en esta
Ronda, el Hombre (si es que puede
darse este nombre engañoso a las formas siempre cambiantes que revistieron las
Mónadas durante las tres primeras Rondas, y las dos y media primeras Razas de
la Ronda presente), no es aún, intelectualmente considerado, más que un animal.
Solamente en esta Ronda intermedia es
cuando desarrolla en sí por completo el Cuarto Principio, como vehículo
apropiado para el Quinto. Pero Manas sólo será relativamente desarrollado del todo en la Ronda que sigue, en que
tendrá la oportunidad de llegar a ser por completo divino hasta el fin de las
Rondas. Como dice Christian Schoettgen en
Hora Hebraica, etcétera: el primer Adán terrestre “sólo tenía el soplo de
vida”, Nephesh, pero no el Alma viviente.
b)
En este punto se quiere significar las Razas inferiores, de las cuales aún quedan algunas análogas, como los
australianos, que van desapareciendo rápidamente en la actualidad, y algunas
tribus africanas y oceánicas. “No estaban dispuestos” significa que el
desarrollo Kármico de estas Mónadas no era aún a propósito para ocupar las
formas humanas destinadas para la encarnación en razas intelectuales
superiores. Pero esto se explica más adelante.
c)
El Zohar habla del “Fuego Negro” que
es la Luz Absoluta: la Sabiduría. A aquellos que, imbuidos de viejos prejuicios
teológicos, pueden decir: pero los Asuras son los Devas rebeldes, los
adversarios de los Dioses, y por tanto, los Demonios
y Espíritus del Mal, se les contesta: la Filosofía Esotérica no admite ni
el bien ni el mal per se, existiendo
independientemente en la Naturaleza. La causa de ambos se encuentra, por lo que
respecta al Kosmos, en la necesidad de los contrarios o contrastes; y respecto
del hombre, en su naturaleza humana, su ignorancia y sus pasiones. No hay
Demonios o seres absolutamente depravados, como no hay Ángeles absolutamente
perfectos, aun cuando puede haber espíritus de Luz y de Tinieblas; así LUCIFER,
(el Espíritu de la Iluminación Intelectual y de la Libertad de Pensamiento) es,
metafóricamente, la antorcha conductora que ayuda al hombre a encontrar su ruta
a través de los arrecifes y los bancos de arena de la Vida, pues Lucifer es el
Logos en su aspecto más elevado, y el “Adversario” en su aspecto inferior,
reflejándose ambos en nuestro Ego. Lactancio, hablando de la naturaleza de
Cristo, hace del Logos, el Verbo, “el
primogénito hermano de Satán, y la primera de todas las criaturas”.
El
Vishnu Purâna describe estas
criaturas primitivas (Tiryaksrotas) con canales digestivos torcidos.
(Estaban)
dotados de manifestaciones internas, pero ignoraban su especie y naturaleza.
Las veintiocho
clases de Badhas, o “imperfecciones”,
no se aplican, como creyó Wilson, a los animales actualmente conocidos,
especificados por él, pues no existían en aquellos períodos geológicos. La cosa
está bien clara en la expresada obra, en la cual los primeros creados son “el
quíntuple mundo (inmóvil)”, minerales y vegetales; luego vienen esos animales
fabulosos, Tiryaksrotas, los monstruos del Abismo, muertos por los “Señores” de
las Estancias II y III; luego los Ûrdhavasrotas, los dichosos seres
celestiales, que se alimentan de ambrosía; y últimamente los Arvâksrotas, seres
humanos, llamados la séptima “creación” de Brahmâ. Pero estas “creaciones”,
incluso la última, sea dondequiera que ocurrieran, no tuvieron lugar en este
Globo. Brahmâ no es quien crea las cosas y los hombres en esta Tierra, sino el
Jefe y Señor de los Prajâpatis, los Señores del Ser y de la creación terrestre.
“Obedeciendo al mandato de Brahmâ”, Daksha -la síntesis, o agregado de los
Creadores y Progenitores Terrestres, incluso los Pitris- hizo cosas superiores
e inferiores (vara y avara), “refiriéndose
a la progenie putra” y a los “bípedos y
cuadrúpedos, y subsiguientemente, por su voluntad (haciendo referencia a
los Hijos de la Voluntad y del Yoga), dio el ser a hembras”, esto es,
separó a los andróginos. Aquí también tenemos “bípedos”, u hombres, creados
antes que los “cuadrúpedos”, como en las Enseñanzas Esotéricas.
Dado
que, en los relatos exotéricos, los Asuras son los primeros Seres creados del
“Cuerpo de la Noche”, mientras que los Pitris salen del cuerpo del
“Crepúsculo”; y que en el Vishnu Purâna
Parâshara coloca a los “Dioses” entre los dos, desarrollándose del “Cuerpo del
Día”, es fácil descubrir un propósito determinado de velar el orden de la
creación.
El Hombre es, el Avâksrota procedente del “Cuerpo del Amanecer”; y en
otra parte se menciona nuevamente al hombre, cuando al Creador del Mundo,
Brahmâ, se le representa “creando seres fieros, que fueron denominados Bhûtas,
y comedores de carne”, o como dice el texto, “demonios espantosos por ser del
color de monos, y carnívoros”. Los Râkshasas son generalmente
interpretados como “malos Espíritus” y “enemigos de los Dioses”, lo cual los
identifica con los Asuras. En el Râmâyana,
cuando Hanuman está haciendo un reconocimiento del enemigo en Lankâ, encuentra
allí Râkshasas, en parte horribles, “mientras que algunos eran de hermosísima
apariencia”; y en el Vishnu Purâna
hay una indicación directa a que ellos se convierten en los Salvadores de la
“Humanidad”, o de Brahmâ.
La
alegoría es muy ingeniosa. Una gran inteligencia y demasiado conocimiento son
un arma de dos filos en la vida, e instrumentos tanto para el mal como para el
bien. Si se combinan con el egoísmo, hacen de toda la Humanidad un pedestal
para la elevación del que los posee, y un medio para el logro de sus deseos; al
paso que, aplicados a fines altruistas y humanitarios, se convierten en los
medios de la salvación de muchos. En todo caso, la carencia de propia
conciencia e inteligencia hace del hombre un idiota, un bruto en forma humana.
Brahmâ es Mahat, la Mente Universal; de aquí que los demasiado egoístas entre
los Râkshasas muestren el deseo de posesionarse de aquél, de “devorar” a Mahat.
La alegoría es transparente.
En
todo caso, la Filosofía Esotérica identifica los Asuras prebrahmánicos, Rudras, Râkshasas y todos los “Adversarios” de los Dioses en las alegorías, con
los Egos que, encarnando en los hombres de la Tercera Raza, hasta entonces sin
entendimiento, los hicieron conscientemente
inmortales. Ellos son, pues, durante el ciclo de Encarnaciones, el verdadero
Logos dual, el Principio Divino de
dos caras, que está en el Hombre en conflicto. El Comentario que sigue y las
próximas Estancias arrojarán, sin duda alguna, más luz sobre esta difícil
doctrina, pero la autora no se cree lo bastante competente para exponerla por completo.
A lo menos respecto de la sucesión de Razas, dice el Comentario:
Primeramente vienen los EXISTENTES POR SÍ
MISMOS sobre esta Tierra. Son las “Vidas Espirituales” proyectadas por la
VOLUNTAD Y LEY absolutas, al Amanecer de cada Renacimiento de los Mundos. Estas
VIDAS son los “Shistha” divinos (los Manus-Gérmenes, o los Prajâpatis y los
Pitris).
De
estos proceden:
1. La
Primera Raza, los “Nacidos por sí mismos”, que son las Sombras (Astrales) de
sus Progenitores. El Cuerpo carecía de todo entendimiento (mente, inteligencia
y voluntad). El ser Interno (el Yo Superior o Mónada), aun cuando dentro de la
forma terrestre, no estaba en relación con ella. El eslabón, el Manas, no estaba allí aún.
2. De la
Primera (Raza) emanó la Segunda, llamada la “Exudada” y la “Sin Huesos”.
Ésta es la Segunda Raza-Raíz dotada por los Preservadores (los Râkshasas) y los Dioses que encarnan (los Asuras y Kumâras) con la débil Chispa primitiva
(el germen de la inteligencia)...
Y
de estos procede a su vez:
3.La
Tercera Raza-Raíz, los “Duplos” (Andróginos). Las primeras Razas de la misma
son Cascarones, hasta que la última es “habitada” (esto es, animada) por los
Dhyânis.
La
Segunda Raza, como se ha dicho ya, careciendo también de sexo, desenvolvió de
sí misma, en sus comienzos, la Tercera Raza andrógina por un proceso análogo,
pero ya más complicado. Según lo describe el Comentario, los más primitivos de
esta Raza, eran:
Los “Hijos del Yoga Pasivo”. Salieron
de los Segundos Mânushyas (Raza Humana), y se convirtieron en ovíparos. Las
emanaciones que se desprendían de sus cuerpos durante las épocas de procreación
eran ovulares; los pequeños núcleos esferoidales se desarrollaban en un
vehículo grande, blando y semejante a un huevo, que se endurecía gradualmente,
y, después de un período de gestación, rompíase y salía de él el joven animal
humano, sin más ayuda, como sucede con las aves en nuestra Raza.
Esto
debe parecer al lector ridículamente absurdo. Sin embargo, está estrictamente
en las líneas de la analogía evolucionaria, que la Ciencia percibe en el
desarrollo de las especies animales vivientes. Primero la procreación semejante
a la del Móneron, por “divisón propia”; luego, después de unas cuantas etapas,
la ovípara, como en el caso de los reptiles, a los que siguen los pájaros;
después, finalmente, los mamíferos con sus modos ovovivíparos de producir sus pequeñuelos.
Si
el término ovovivíparo se aplica a
algunos peces y reptiles que empollan sus huevos dentro de sus cuerpos, ¿por
qué no habría de aplicarse a mamíferos hembras, incluso la mujer? El óvulo en
el cual, después de la impregnación, se verifica el desarrollo del feto, es un
huevo.
En
todo caso este concepto es más filosófico que el de Eva, con una placenta
creada repentinamente, dando a luz a Caín, a causa de la “manzana”, cuando el
mismo marsupial, el más primitivo de los mamíferos, no tiene aún placenta.
Por otra parte, el orden progresivo de los métodos de reproducción, según lo ha revelado la Ciencia, es una confirmación brillante de la Etnología Esotérica. Sólo hace falta coordinar datos para probar nuestro aserto .
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